9/12/12

Más de 112.000 niños en Canarias sufren malnutrición

Los datos de UNICEF de hace un año ya arrojan cifras escalofriantes sobre la pobreza infantil que se ha incrementado un 3%. Los casos de desnutrición entre los menores de edad en nuestro país son crecientes.

Chinijo en el comedor de la Asociación Padre Laraña (Santa Cruz Tfe) (c) Andres Gutierrez 
Francisco González Tejera. Mientras celebraban el pomposo día de la Constitución Española, en un local de tapadillo de algún lugar indeterminado de Las Palmas de Gran Canaria, alejado de abucheos y pitadas de las mareas blancas, verdes, rojas, negras y de otros colores de lucha contra el robo y el saqueo. En ese espacio para la arenga y la juerga patria políticos del PP, del PSOE, de Coalición Canaria, militares, jefazos de la policía y otros adláteres del “como va lo mío”, abarrotaron ese salón para escuchar las soflamas y peroratas patrióticas de una oscura y siniestra Delegada del Gobierno, que pedía unidad para sostener esta más que humillada y vejada Carta Magna. Luego todos brindaron seguramente con vino español de reserva, ese que la mayoría no podemos pagar por su elevado precio, siempre claro a cargo del erario público.
En ese mismo día de celebración, de macro banquetes, borracheras perretosas, uniformes de gala, modelitos de boutique de alta costura, corbatas verde Bankia y clientelismo barato, más de 112.000 niños/as de Canarias sufrían y sufren desnutrición, gravísimas carencias nutricionales, mientras sobreviven vergonzosamente sin alimentos adecuados para un normal desarrollo. A la misma hora de ese ridículo y elitista acto, nada más y nada menos que un 29% de la población infantil de las islas, 3 de cada 10 niños/as, se encontraban y se encuentran bajo el umbral de la pobreza.
Paradójicamente estos datos no vienen de una organización revolucionaria o anti sistema, los saca a la luz una entidad de carácter internacional vinculada a Naciones Unidas, para sonrojo de la casta política caciquil canaria, Unicef nos muestra en un estudio que los niños y niñas de este olvidado y destruido archipiélago sufren malnutrición, que en los últimos 4 años la pobreza infantil ha crecido más de un 3% y que esto va a más como consecuencia de las nefastas políticas de la administración pública autonómica y estatal.
Este estudio seguramente ya desfasado al haber sido elaborado el pasado año, y del que sus propios autores consideran que posiblemente las cifras se hayan incrementado de forma espectacular en este 2012 de recortes salvajes, desahucios, suicidios, privatizaciones, corrupción político-empresarial y vulneración de derechos constitucionales.
En esta dramática situación ya es frecuente que muchos profesionales de la docencia comenten el aumento del número de desmayos por hambre de parte de su alumnado, chiquillos/as que llegan a clase sin nada en el estomago y que con el frio del invierno ven agudizadas esas carencias alimenticias. Esto no parece hacer reaccionar a los responsables de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, que haciendo gala de su asquerosa política neoliberal se cargan los comedores escolares gratuitos, que suponían la única esperanza para miles de niños/as de las islas de poder alimentarse correctamente al menos una vez al día.
Este es el panorama desolador en esta conmemoración de la Constitución: pobreza, hambre, miseria, reformas para beneficio de las grandes fortunas y la banca, privatizaciones, despidos masivos de trabajadores/as y sobre todo y lo más grave es que ese despilfarro, esa estafa que algunos ingenuos siguen todavía llamando crisis, condena a los más débiles, en este caso a los niños y niñas a la exclusión social. Un sector poblacional que en cualquier país civilizado debería ser junto al de los mayores el más protegido y mimado por el estado.
El gobierno de Rajoy en España y el de Paulino Rivero con el apoyo del PSOE en Canarias son los culpables directos de esta lamentable situación, de que tantos niños y niñas pasen una navidades tan tristes y miserables, que no puedan acceder a juguetes, a regalos de reyes y lo más importante a una alimentación equilibrada que les permita desarrollarse, formarse, estudiar y convertirse en semillas