Colaboración. Hoy estaba previsto el desalojo del C.S.O.Taucho, un centro social abierto por la juventud canaria independentista hace 18 años. En el barrio de Duggi (Santa Cruz de Tenerife), donde se congrega la afamada casa, se dieron cita en torno a un centenar de personas. La Policía Española intentó por todos los medios engañar a la masa, pero ante la imposibilidad de entrar por sorpresa en la casa, aplazó el desalojo una semana más. El movimiento social, popular e independentista de la isla de Tenerife, acudió en masa a la llamada a la movilización por parte de la Asamblea de Taucho. Pero lo más emocionante no fue esta unión del movimiento político, sino el apoyo incondicional del barrio santacrucero que ve en la antigua casona abandonada, un espacio de libertad donde los jóvenes tienen otras alternativas de ocio que no son las fiestas, los botellones y las drogas.
Rueda de prensa ofrecido por Taucho a los medios de comunicación. |
Numerosos medios de
comunicación acudieron a contar lo que estaba sucediendo. Esta vez la lucha la
ha ganado el centro alzado del barrio de Duggi, pero presumimos una nueva
“batalla” el próximo martes 19 de septiembre. Como siempre desde este espacio,
volvemos a pedir la movilización para mantener un espacio histórico de
formación y librepensamiento, referente de buena parte de la lucha
independentista de las últimas décadas.
Declaraciones de los portavoces de Taucho y los vecinos de Duggi
Declaraciones de los portavoces de Taucho y los vecinos de Duggi
Las siguientes declaraciones fueron recogidas porEloísa Reverón para el diario La Opinión.es. Nosotros solo añadimos algo más; a pesar de las irregularidades legales para el desalojo, el motivo fundamental fue la movilización ciudadana.
Cristian Santana y Jorge Hernández, miembros de
esta asociación, y apoyados por numerosos vecinos y colectivos sociales y
también por el concejal de Sí Se Puede del Ayuntamiento de Santa Cruz, Pedro
Arcila, explicaron que la casa se ha convertido en un lugar de encuentro para
jóvenes y mayores de la capital.
"Durante 20 años, la Seguridad Social no se
ha preocupado por este inmueble y ahora de repente nos quiere echar de aquí.
Varios colectivos nos unimos para okuparlo y rehabilitarlo debido a su completo
abandono y ante la carencia y falta de interés por parte de las
administraciones públicas de otorgar espacios para la organización juvenil y la
difusión cultural. Somos más que okupas, pues hemos creado un espacio de
reunión para diferentes colectivos sociales que trabajan desinteresadamente por
la recuperación y defensa de un modelo cultural y de ocio alternativo al
impuesto por el interés mercantilista", manifestó Cristian Santana, del
Centro Taucho.
Y los vecinos de la zona están encantados con
ellos. "Es injusto lo que quieren hacer con estos jóvenes. No están
haciendo ningún daño, sino todo lo contrario. Gracias a ellos los niños de este
barrio tuvieron castillos hinchables y diversión durante las Fiestas de Duggi,
porque no había dinero para nada. No hacen ruido, desarrollan actividades
culturales y tienen la casa cuidada. Que los dejen tranquilos, que es mejor que
estén creando cultura en este centro que tirados en la calle y metidos en la
droga", comentó María Alonso, una vecina del barrio.
Arcila, el abogado del Centro Social de Taucho, también concejal de Sí
se puede en el Ayuntamiento de la capital, explicó ayer que el desahucio se
produce ahora, tras 20 años sin que si hiciera nada, porque ha habido una demanda
por parte de la Seguridad Social para recuperar este edificio, porque "por
lo visto, desde Madrid ha habido instrucciones de que se rescaten todos los
inmuebles abandonados para sacarle rentabilidad mediante el alquiler o la venta". Pedro Arcila comentó que se
pudo detener el desahucio porque la sentencia fue comunicada el martes a las
10:30 horas y el levantamiento se iba a producir ayer a las 9:45 horas, por lo
que no pasaban ni 24 horas de aviso para que se pudieran retirar las
pertenencias del Centro. Asimismo, añadió que el desahucio iba dirigido al
Centro Social Taucho, una entidad que aunque existe, no está registrada, "por
lo que no se puede echar de un lugar a nadie que no figura en ningún registro".
"Quién sí está registrada es Azarug, uno de los numerosos colectivos
que gestionan este Centro, pero el desahucio no fue notificado a dicho
colectivo", comentó el concejal. Los jóvenes se niegan a utilizar un local municipal porque no
quieren estar dirigidos por ningún partido político. "Esta es la casa
adecuada para el Centro y por ello el alcalde debería mediar ante la Seguridad
Social para poder llegar a una solución antes del miércoles. Este colectivo
desarrolla una importante labor para los jóvenes y para el barrio",
concluyó Arcila.
Ruben Ascanio. Hace 18 años
tuve la suerte de ser uno de los pibes y pibas que entramos por primera vez en
el Cso Taucho. Cargados de ilusiones y ganas nos encontramos con esta vieja
casona modernista llena de basura, palomas muertas, ratas, piernas ortopédicas
rotas...y la llenamos de vida, de color. Esta casa que fue robada por los
fascistas durante la dictadura se destinó a centro de ayuda a heridos de
guerra, siendo abandonada en los años setenta y quedando en algún oscuro
registro de algún ministerio que ahora reclama su presa.
No quieren
que Taucho viva, lo quieren ver muerto, cerrado, silencioso. Taucho logró sumar
voluntades. Recuerdo que el Che que nos miraba desde la pared del bar social
salió de las manos de compas de JCC. Sus pareces acogieron a muchas organizaciones
para decidir estrategias, para lanzar las revistas Añaza, para aprender, pasar
algún rato en las noches de lucha en alguna huelga general, ver películas
maravillosas, escuchar buena música o simplemente compartir experiencias.
De todo lo
que viví en Taucho hoy, escuchando la noticia del desalojo, me viene una y otra
vez el recuerdo de Leo, una piba chiquita y tímida que una tarde se vino por
Taucho a ayudar a pintar pancartas y se convirtió en su breve vida en una
compañera entrañable, a la que l@s que las conocimos echamos de menos todavía.
La recuerdo con su peto y sus pulseras aprendiendo a rellenar esas letras
grandes con témperas multicolores y me jode pensar que ese suelo, donde se
dieron vida a tantas consignas llenas de sentido, sólo servirá para que algún
Ministro especule con él.
Quiero estar
mañana allí, no quiero que pasen sobre nuestros recuerdos, que borren nuestra
memoria, no quiero que nos ganen la batalla, no se lo merecen.