31/12/11

2012 con más razones para la brega

La crisis capitalista se extiende en un planeta cada vez más multipolar y con un creciente poder del mundo financiero frente a pueblos y estados. Es una evolución natural de un capitalismo incontrolado que amasa cada vez más riquezas en menos manos y saquea a la inmensa mayoría. Podemos vislumbrar un siglo XXI donde los pueblos deben asumir un papel protagónico frente a la dictadura de los mal llamados ‘mercados’, el proyecto globalizador que tiene incluso su soporte entre la progresía de los nacionalismos dominantes con su filosofía del “ciudadano del mundo”. La lucha de los pueblos dominados y en proceso de absorción como el canario, forma parte de una responsabilidad global frente a la “era de las civilizaciones”, donde sólo una reducida serie de nacionalismos dominantes tienen cabida, mientras una inmensa pléyade de identidades y naciones deben ser absorbidas. Es una necesidad de un capitalismo que busca un dominio completo del globo, donde ningún pueblo concienciado y arraigado a su tierra muestre resistencia al expolio sistemático de sus recursos naturales. No hace falta ver esto desde un satélite, si vives en Canarias está a tu alrededor en el día a día.

Pueblos como el canario, el escocés, el tuareg, el mapuche, el vasco, el saharaui, y un largo etc. nos negamos a aceptar la sentencia extranjera de nuestra subordinación y desaparición en la Aldea Global del siglo XXI. Gran proyecto del capital donde nosotros, las naciones sin estados, estamos destinados a desaparecer, absorbidos por los estados dominantes del nuevo y viejo orden. No se trata de un capricho etnográfico o antropológico, sino de un aspecto más del proyecto capitalista global que igualmente afectará a la inmensa mayoría de la humanidad en sus condiciones de vida que avanzan hacia un creciente empobrecimiento y esclavitud.

En Canarias, y su actual régimen que la convierte en una colonia de una colonia, padecemos un estatus quo bien diseñado para que nada cambie y se oponga a la destrucción del territorio, el dominio caciquil-empresarial, y la corrupción generalizada del capitalismo colonial que padecemos. Partidos coloniales como CC, CCN y NC ni se esfuerzan en aparentar ser ‘nacionalistas’, pero sin embargo han pringado de tal manera este término que han propiciado que ser nacionalista en Canarias sea sinónimo de cacicato, españolismo derechoso de corte folklorista y sumisión a Madrid. Ante esta crisis, los partidos del régimen colonial en el Archipiélago han optado por la vía más radical del coloniaje, profundizar en el sector servicios, ese desequilibrio que ha convertido a Canarias de especial riesgo en caso de aislamiento, conflicto bélico o catástrofe debido a su excesiva dependencia del exterior en materia económica como alimentaria. Los datos están ahí, mientras vivimos records históricos de ocupación turística y superpoblación, soportamos el mayor índice de paro de la UE junto a la isla Reunión (Francia). Este hecho ha reactivado, una vez más en nuestra historia, la emigración de jóvenes isleños a Europa y otros lugares del mundo en busca del pan que en su propio país es negado. En fin.
Pero hablemos de un sector de nuestra sociedad atomizado y marginal como el actual nacionalismo real. Tan desorientado como el conjunto del pueblo canario, sin referentes de ningún tipo y aún influenciado por cadáveres políticos como el interclasismo cubillista resucitado por EL DÍA. No olvidemos que la última fue prometer públicamente una descolonización ficticia para el 2010, impulsando, una vez más, el descrédito social del nacionalismo canario real ante el conjunto de la sociedad canaria. La izquierda independentista prosigue en su ‘larga andadura por el desierto’ como diría Sergio Ibrahim, y es que, aunque asistimos a una lenta consolidación de las ideas nacionales de izquierdas, aún predomina el cómodo divorcio general entre los reducidos grupúsculos y la realidad nacional.

Resistencia

Sin embargo, existe la resistencia. Débil, fragmentada y aislada, pero hay algo tras el espejismo. Siglos de adoctrinamiento y exterminio de todo lo canario, combinado con un siglo XX especialmente agresivo contra la cultura y conciencia popular canaria, no han sido suficientes para aplastar por completo el alma canaria. Gracias a compatriotas canarios que han padecido persecución, prisión, e incluso la muerte, vive esa agonizante llama que llamamos conciencia nacional canaria. Ellos, conforman nuestra mejor antorcha en estos casi seis siglos de oscuridad. Si hace dos años perdimos a un puntal como el párroco Paco Bello, este año tuvimos la desgracia de perder al sindicalista e histórico militante Sergio Hernández Ibrahim. Aunque algunas siglas sin arraigo social alguno, insisten en una vía tan trucada como la electoral en Canarias, existen pequeños colectivos juveniles, sociales, culturales, sindicales que siguen manteniendo un trabajo de base. En su desorientación extrema la izquierda independentista sigue soñando con éxitos electorales súbitos sin mojarse el culo, sigue esperando sin asumir responsabilidades a que de repente un mesías libere al pueblo de Canarias. No comprenden algo tan básico como el hecho de que la lucha de liberación nacional y social de nuestro país pasa sí o sí por una lucha y un trabajo multifacético que implique a la mayor parte del pueblo canario y germine en una base social que sustente cualquier intentona electoral. Máxime en un régimen electoral anti-democrático y caciquil como el canario con los mayores índices de desigualdad del valor un ciudadano/un voto de toda la UE. En este reino de la irracionalidad no nos queda más remedio que felicitar a organizaciones que han mantenido durante décadas, contra tantos enemigos, este trabajo de base tan necesario. Especial mención merece la organización juvenil Azarug, colectivo de la izquierda independentista que más años lleva activo y celebra este 2012 su veinte aniversario. Uno de los escasos ejemplos de que sin lucha, constancia y generosidad nunca construiremos el motor que impulse la salvación y liberación de estos siete peñascos. Para algunas culturas antiguas el 2012 será el fin del mundo, para otros, un año de grandes cambios. Ojalá se traduzca en una grieta que permita germinar a los pueblos oprimidos, que como el canario, necesitan asumir responsabilidades que los conviertan en pueblos adultos con criterio propio.