30/3/08

Reflexión: Nacionalismo y nuestra historia


Consultando el interesante trabajo "Emigración canaria del siglo XX: algunos datos para sus estudio" (1991) de Valentín Medina Rodríguez e Inmaculada Martínez Gálvez, encontramos un resumido esbozo de un análisis sobre las posibles causas históricas que han influido en el escaso desarrollo político del nacionalismo en Canarias. Hemos creído que pueden ser de interés para nuestros lectores y por lo tanto hemos decidido compartirlas con ustedes.

INTRODUCCIÓN

Una de las vertientes de la Investigación Histórica Canaria que ha cobrado creciente interés y actualidad es, sin duda, la referida a la concreción de nuestra identidad como pueblo y su defensa política. En este sentido, somos partidarios de afirmar, al igual que otros autores, que en el devenir político de Canarias no ha existido -ni existe- un movimiento nacionalista lo suficientemente fuerte como para haber despertado la conciencia independentista de los habitantes del Archipiélago de forma generalizada. Eso sí: se han producido brotes, tanto en el ámbito americano como a nivel local: donde hoy en día el Partido Nacionalista Canario - retomando las siglas y las intenciones del fundado en La Habana en 1924 - parece el más dispuesto y organizado en defender el principio de autodeterminación.

[Este texto es de 1991, recordemos que hoy las siglas del PNC han sido compradas por Coalición Canaria]


Pero ¿Qué causas históricas han incidido en el poco desarrollo del nacionalismo político en Canarias? Sin orden de prelación presentamos brevemente las que consideramos más destacadas:


-El analfabetismo de la mayor parte de la población, alcanzando cotas como: 89% (1860); 10,35% (1975).

-La actuación de la terratenencia histórica y la burguesía dependientes, salvarguando sus propios intereses y los del poder central, eliminando la posibilidad de unas "veleidades criollistas". Un ejemplo de estas actitudes lo viene a representar la figura de Fernando León y Castillo.

-El insularismo, no sólo como hecho físico condicionante, sino como elemento de pugna interinsular (Tenerife-Gran Canaria) y arma divisionista. División que se lleva a efecto en el año 1927, resultando de ello la marginación y el abandono de las mal llamadas "islas menores", y aumentando el papel preponderante de las dos "islas centrales".

-La emigración o expatriación de la población canaria hacia el exterior, América fundamentalmente, como válvula de escape de la penuria y miseria isleña, evitandose, así, la posibilidad de agitaciones, levantamientos y tomas de conciencia.
[Emigrantes canarios legales y ilegales desbordaban barcos en estampida huyendo de las hambrunas y miserias extremas. Entre ellos surgiría la conciencia nacional canaria a finales del siglo XIX]


-La represión ejercida cuando se dan brotes ideológicos "peligrosos". Los casos de la primera bandera canaria izada el Ateneo de La Laguna y Secundino Delgado, son claros ejemplos.

-La secular dependencia socio-económica del exterior y la vulnerabilidad que ello ha comportado.

-La facilidad de manejo de las masas populares por parte del poder centralista y la oligarquía interna.

-La coyunturalidad de los brotes nacional-independentistas:
* Por crisis económica (crisis de la cochinilla 1876-1900)
* Por la independencia de las colonias americanas a inicios y finales del siglo XIX.
* En el ocaso del régimen franquista (M.P.A.I.A.C.)
* Resurgir nacionalista en las primeras elecciones democráticas (papel de la Unión del Pueblo Canario)

-La formación de la lucha nacional-canaria en el exterior, sin posibilidades de contactos regulares con el Archipiélago: en Cuba (el Partido Nacionalista Canario), en Venezuela (el Movimiento Independentista Canario) y en Argelia
(Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario)

-El planteamiento histórico-romántico-antropológico como forma o base de identidad nacional ("guanchismo", "folklorismo") [Suponemos que se referirá a las confusiones identitarias simplistas]

-El Complejo de inferioridad del pueblo canario, ayudando así, a la pérdida de la memoria histórica y, por tanto, al olvido del propio bagaje idiosincrático.

-Por último, la inexistencia de un proletariado industrial lo suficientemente fuerte como para impulsar la conciencia obrera hacia posturas nacionalistas o, al menos, regionalistas. Y lo mismo pasa con la fuerza de trabajo -campesina, asalariados, jornaleros y pequeños propietarios-, desarticulados ideológicamente por el analfabetismo y la opresión caciquil.






MEDINA RODRÍGUEZ, Valentín. MARTÍNEZ Y GÁLVEZ, Inmaculada. 1991. Emigración canaria del siglo XX: Algunos apuntes para su estudio. Editorial Benchomo.


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