El líder del mítico grupo
musical Taburiente se siente decepcionado ya que considera que es conocido pero
no reconocido. Cuarenta años produciendo arte reconocido nacional e
internacionalmente no parece ser suficiente para que las instituciones palmeras y canarias
le tengan en cuenta.
Esther R. Medina. CanariasAhora. ¿Le sigue
cantando el alma?
Sí, porque el alma para mí es la parte espiritual, la parte interna,
desde la que uno se expresa al cien por cien. Cantar con el alma es hacerlo de
una manera muy consciente. Me sigue cantando el alma porque tengo un espíritu
activo, porque no estoy contaminado, porque siempre he sido un artista
independiente. El alma no se prostituye, no se compra ni se vende. El alma es
algo muy personal.
¿Cómo ve
La Palma desde su mirada artística?
La Palma me necesita pero los políticos me han dado la espalda, no me
siento apoyado. Y al no apoyarme, la Isla está perdiendo mi potencial
artístico, que había podido desarrollar como lo hizo César Manrique en
Lanzarote. La diferencia es que él encontró un aliado en su juventud que fue
José Ramírez, que cuando entró en política realizó todos sus sueños. Yo no he
tenido esa suerte. He tocado en las puertas de todos los municipios y me han
dado la espalda, me han sonreído pero todo era una falsedad; me han hecho
perder un tiempo muy vital, 40 años de mi vida intentando hacer cosas en La
Palma y la única respuesta ha sido la vejación política. El trabajo que hice
junto a mi compañero Natán por encargo del Cabildo se está viniendo abajo y
todo por la dejadez de una institución que no ama la Isla ni apoya mis
iniciativas. He demostrado que el artista y el político, juntos, son un bien
común, pero yo me siento vejado y apartado. No he podido ejercer mi arte y ni
dejar huella en mi isla. Los políticos no me han valorado.
¿Se puede vivir del arte?
En estas condiciones es imposible. Yo me vine a vivir a mi isla con el
deseo de proyectarla ante el mundo, pero cuando no tienes un soporte
institucional para poder desarrollar tus proyectos, vivir del arte en La Palma
es terrible. Yo soy un indigente como cualquier otro de la calle que está pidiendo
ayuda para sobrevivir; creo que soy un potencial pero me han vetado y me
condenan a la indigencia.
¿Le está afectando la crisis?
No. Esta crisis es beneficiosa porque hace que la gente recapacite y se
acaben aquellos desmanes de botar el dinero haciendo puentes absurdos como el
de Los Sauces o aeropuertos que parecen un bunker. Yo, con el apoyo del
Cabildo, podía haber colocado la Isla en el lugar que le corresponde, con
grandes proyectos. Tengo mis carpetas llenas, pero cada vez que acudo a un político
me da la espalda.
¿No ha logrado entonces sentirte reconocido en tu
tierra?
Conocido sí, reconocido no. A las instituciones no les gusta mi manera
clara de decir las cosas, pero yo soy así, y los políticos no toleran que digas
lo que sientes. Hoy vivimos una falsa democracia.
¿Está en peligro la identidad canaria?
Muchísimo. Esa es otra de mis luchas constantes. La política que se hace
ahora consiste en exaltar más lo de fuera que lo propio. Con la avalancha de
inmigrantes que estamos recibiendo, el peligro que tienen las Islas es fundirse
como un souvenir en el mundo y eso es lo peor que les puede ocurrir. La
personalidad de Canarias debe fomentarse desde la naturaleza, que es lo más
grande que tiene. Es una tierra única con muchísimas posibilidades.
¿Asistió al funeral de Antonio Cubillo?
Sí. Fue una persona extraordinaria que hizo temblar a España. El
Gobierno canario nacionalista tendría que haber declarado tres días o una
semana de luto por su muerte, pero pasó desapercibido. Cubillo era como una
afrenta para la política canaria, pero la historia lo pondrá en el lugar que le
corresponde. En el funeral estuvo rodeado de los amigos más cercanos y de
algunos políticos que no tendrían que haber estado allí. Me dolió verlos. El
Parlamento debería haberle dado los honores que se merecía por tratarse de un
ser extraordinario que perdonó a quien intentó matarlo.
¿Y a usted le interesa la política?
La política nos tiene que interesar a todos. Pero lo que no me interesa
para nada es la mala política, esa que acude al pueblo solo cuando necesita sus
votos y después le da la espalda. La gente en estos momentos no tiene voz, y
cuando sale alguien con voz como yo, matan al mensajero porque no interesa. Me
gustaría que en el futuro entrara una generación de políticos que amaran la
tierra.
¿Aprueba el proyecto de la playa de Santa Cruz de
La Palma?
La ciudad tuvo playa desde sus inicios. Yo defendí la otra playa
pintoresca que se sepultó y luché contra las palas, pero también entonces se me
dio la espalda. La que se está haciendo ahora creo que va a ser muy beneficiosa
para la población, porque va a permitir la comunión con el mar, el contacto con
la naturaleza.
¿Qué suponen los 40 años del grupo Taburiente?
Además de un grupo musical, Taburiente es una institución cultural
integrada por un grupo de amigos que nos metimos en la música porque teníamos
ideales. Los textos de nuestras letras de hace cuarenta años siguen teniendo
vigencia actualmente. Hoy, quizás más que nunca, Canarias nos necesita.
Taburiente ha recibido medallas de oro y otros reconocimientos, pero no han
servido de nada porque estamos sin trabajo, y ahí está la Televisión Canaria
fomentando el merengue y la salsa y lanzando mensajes de que hay que ser como
Chona o como Pepe Benavente. Estamos dando al mundo una imagen muy negativa de
lo que somos, y esta tierra está llena de músicos extraordinarios. Pero así nos
va. Es muy triste que un grupo como Taburiente esté totalmente apartado de las
televisiones y de las actuaciones. Si lo que prima es el nacionalismo, y
nosotros cuando cantamos hacemos patria, lo lógico es que estuviésemos viajando
por todo el mundo para llevar la voz de Canarias. Esta es la época peor que han
vivido las Islas culturalmente.
¿Circula por las redes sociales?
Sí, he descubierto en Facebook que no estoy solo en mi aventura. Tengo
cerca de 3.000 agregados, todos amigos que me valoran, que me piden que siga
apoyando la cultura. Parece increíble pero en ese mundo virtual sí me siento
reconocido, no en el real. Estoy recobrando las energías de nuevo porque veo
que hay mucha gente que está conmigo y que me valora. En Facebook me expreso
con total libertad, porque he visto que el periodismo no tiene independencia,
está al servicio de la política.
¿A Los Indianos le falta algo?
Yo hice un guión pero no me lo han aceptado. Los Indianos están
perdiendo toda la esencia porque han dejado entrar a las batucadas. Me gustaría
ver al pueblo tocando tajarastes, sirinoques, pero con música carnavalera, con
percusión, con chácaras, hacer un carnaval mucho más nuestro. Me da pena que el
Ayuntamiento enseñe a los niños a tocar música brasileña. Pero todavía estamos
a tiempo de salvar Los Indianos. Yo propongo que el número se inicie con un
desembarco en el muelle y que el desfile no discurra por la Calle Real, que se
ha convertido en un tapón, sino por la Avenida Marítima, en la que se puedan
colocar gradas para presenciar el espectáculo. Una vez que se llegue a La
Alameda, ya los participantes se pueden expandir por toda la ciudad. Y sobre
todo, en la música debe imperar el son, porque es un día dedicado a Cuba, no a
Brasil.
¿Está en paz con el mundo?
El mundo es un universo tremendo con el que me siento totalmente
identificado, pero con el ser humano no, porque ha utilizado la inteligencia
para autodestruirse. Prefiero el mundo animal, donde reina el equilibrio con la
naturaleza.
¿Qué le dice a los que le tachan de utópico?
Pues que ya es hora de vivir la utopía, ahora tenemos que empezar a
vivirla. La conciencia política que hay ahora está caducada, no vale para nada.
El mundo debe cambiar y entrar en un ciclo nuevo, borrar todo el mal que hemos
hecho y empezar de cero.
¿Quiere lanzar algún mensaje para el 2013?
Que debemos ser nosotros mismos, que no copiemos a los demás, que nos
queramos mucho más de lo que nos queremos. El palmero, al no quererse a sí
mismo, maltrata al que tiene al lado. En La Palma hay mucha envidia y eso
ocurre porque es un pueblo que no está fortalecido, que no tiene amor por su
tierra, que valora más lo foráneo. A los canarios en general quiero decirle que
tenemos una tierra extraordinaria y que estamos a tiempo de salvarla, de hacer
patria, de ser independientes, de lograr que Canarias sea respetada en el
mundo.