Arantxa MANTEROLA. Gara.net
¿Cuál es la situación actual en Azawad?
La situación es confusa. Determinadas
potencias están alimentando esa confusión para justificar una eventual
intervención militar. Una verdadera coalición internacional intenta aislar al
MNLA con el fin de desbaratar el proyecto de independencia de Azawad y la
instauración de un Estado amazigh (bereber). Grupos islamistas, apoyados por
ciertos Estados se encargan de esta misión de crear el caos en Azawad. Pero el
MNLA tiene claro que no va a quedarse de brazos cruzados y pone a la comunidad
internacional ante sus responsabilidades. Esa comunidad que sigue negándose a
reconocerlo, incluso cuando es evidente que el MNLA no tiene nada que ver con
los grupos islamistas. Peor aún; algunos Estados no tienen empacho alguno en
hablar con ellos como el mediador para la CEDEAO (Comunidad Económica de
Estados del Africa Occidental) que ha recibido recientemente a representantes
de Ansar-Dine en Uagadugú (Burkina Faso) o el Estado argelino que se ha reunido
varias veces con ellos y con el MUJAO (Movimiento para la unicidad del yihad en
Africa occidental).
¿Está implicada la población tuareg en
el proyecto de un Estado propio? ¿Y los que no lo son?
La población tuareg está, por supuesto,
muy implicada. Si el MNLA se ha comprometido en la lucha por la liberación de
Azawad y si ha logrado liberar todo su territorio en algunos meses, es evidente
que ha sido gracias al apoyo de la población. En la actualidad el MNLA cuenta
con unos 10.000 combatientes. Ha habido manifestaciones de apoyo al MNLA y la
casi totalidad de los notables y representantes de la sociedad civil han
mostrado, asimismo, su adhesión a la independencia de Azawad y su apoyo al
MNLA.
Las poblaciones que no son tuaregs son
minoritarias y están divididas. Una parte está con el MNLA y otra se opone a la
independencia. Generalmente, son poblaciones manipuladas por los movimientos
islamistas o por Bamako, que combatieron al lado del ejército de Mali antes de
la liberación de Azawad.
El MNLA propone una República islámica
abierta mientras que Ansar-Dine aboga por un Estado islamista donde la ley
sería la «charia». ¿Cómo se concilian estas dos posiciones?
El MNLA nunca ha propuesto una República
islámica. Esa idea apareció en unos pseudo-acuerdos entre el MNLA y Ansar-Dine
que no concluyeron en nada. Desde enero de 2012, el MNLA se ha declarado
favorable a un Estado democrático y laico y sigue en la misma posición. EL MNLA
impulsa la modernidad, la democracia, la laicidad y el respeto a la mujer, que
es un valor fundamental de la sociedad tuareg. Por otro lado hay un grupo de
obscurantistas -Ansar-Dine- que buscan hundir Azawad en la Edad Media e impedir
simplemente que la gente viva. No es posible conciliar dos proyectos
ideológicamente tan dispares.
El MNLA aparece más débil en relación a
los islamistas...
Es lo que ciertos medios de comunicación
intentan hacer creer. Los grupos terroristas islamistas solo cuentan con unos
centenares de hombres. Aun así, tienen una gran capacidad para hacer daño. Su
papel es, precisamente, aterrorizar y sembrar el horror. Además, hay que
recordar que están apoyados financieramente, sobre todo por el emirato de
Qatar. Las barbaries cometidas por estos grupos en Tombuctú y Gao no son más
que una escenificación para justificar una eventual intervención militar. Si el
MNLA no interviene militarmente en estas ciudades es para evitar las masacres
de las que podría ser víctima la población civil en los enfrentamientos que los
grupos islamistas no dudarían en provocar. No obstante, el MNLA sigue siendo la
fuerza que controla todo el territorio, especialmente, las fronteras.
¿Es cierto que los islamistas reciben
ayudas considerables (dinero, ayuda logística, armas...) provenientes de otros
Estados?
Sí. Reciben refuerzos de Estados como
Qatar y Argelia. El primero no esconde sus vínculos con los islamistas. El
Estado argelino también les da apoyo logístico. Los lazos entre este y el Aqmi
[Al Qaeda del Magreb] no son un secreto para nadie. El antropólogo británico
especialista en la región norafricana Jeremy Keenan ha realizado varios
estudios que lo demuestran.
¿Quién es Iyad Ag Ghali, jefe de
Ansar-Dine?
Es un tuareg originario de la región de
Kidal. Fue uno de los dirigentes de la rebelión tuareg de 1990 y en aquella
época jugó un papel muy importante. Más tarde, fue enviado a Arabia Saudí donde
ejerció como cónsul de Mali en Jedda. Pasó por Qatar, tuvo contactos con Gadafi
y, a su vuelta a Bamako, fue nombrado consejero de la Presidencia. Como fue uno
de los protagonistas de los acuerdos de Argel en 1992, también ha conservado
buenas relaciones con Argel. Vista su evolución y la gente que frecuenta, resulta
fácil comprender cómo ha caído en el salafismo.
El MNLA ha rechazado la alianza con
Ansar-Dine. ¿Esta posición es mayoritaria?
El rechazo a una alianza con Ansar-Dine
es muy mayoritaria en el seno del MNLA. Algunos de sus miembros han querido
dialogar con Ansar-Dine para apelar a sus combatientes a unirse al MNLA. Hay
que tener en cuenta que, contrariamente a otros grupos islamistas, los
combatientes de Ansar-Dine son tuaregs. Pero esa estrategia no ha dado frutos.
En junio hubo enfrentamientos entre
milicianos de Ansar-Dine y del MNLA. ¿Sigue habiendo esa tensión?
Sí. Las relaciones siguen siendo muy
tensas y no pueden ser de otra manera y los enfrentamientos entre el MNLA y el
conjunto de los grupos terroristas islamistas, incluido Ansar-Dine, van a intensificarse.
Lo ideal sería que la comunidad internacional apoyase al MNLA para combatir a
esos grupos. Aun sin ese apoyo, el MNLA no tendrá más remedio que afrontarlos
solo puesto que son una amenaza para el territorio que el MNLA ha liberado.
Se habla de una intervención del
gobierno malí con la ayuda de ciertos países como Francia o EEUU de América
para recuperar el control de Azawad. Por el momento, la ONU se resiste a
autorizarla mientras que la Unión Africana está presionando en ese sentido.
¿Estarían los tuaregs dispuestos a afrontarla o a negociar?
El Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, que rechaza la independencia de Azawad y tampoco reconoce al MNLA como
interlocutor, no se lanza a aprobar una resolución que autorizaría una
intervención militar tan deseada por ciertos Estados africanos. Francia siempre
ha dicho que aportaría apoyo logístico. Pero una intervención militar no sería
fácil. Si el Estado malí fuese capaz de retomar el control en Azawad, su
ejército no hubiese sido arrollado por el MNLA. No hay que obviar que el
desierto es un terreno nada fácil pero los tuaregs lo dominan bien y no tienen
miedo a una intervención militar y, por supuesto, le harían frente. Dicho esto,
el MNLA siempre ha mostrado su voluntad de diálogo a condición de que el
principio de independencia de Azawad no sea cuestionado.