Vamos a valorar los diverssos datos que aporta el reportaje de CanariasInvestiga que pueden leer aquí. Para empezar se reconoce que esta arribada masiva de europeos se produce a partir de la entrada forzada de nuestro país en la Unión Europea como Región Ultraperiférica (RUP). En el año 2000, había 45.300. En 2004 la cifra ascendía a 78.600 personas. En 2007 se produjo un salto cuantitativo hasta las 129.000. Saquen cuentas... Estos europeos entran y salen sin control alguno adquiriendo propiedades, enchufados por sus compatriotas e incentivados por los gobiernos municipales para enriquecer sus arcas, todo ello con derecho a voto. Mientras tanto, decenas de miles de canarios siguen sin contar con una casa y un empleo en su propia tierra. Si esto no puede ser calificado de colonización e incluso de invasión que alguien nos lo explique. El reportaje aporta otro dato de interés; en diversos municipios del país ‘los extranjeros superan a los españoles’, por lo cual se deduce que los canarios son auténticas minorías en dichos términos municipales -Tías, Adeje, Mogán o Santiago del Teide-. Todo ello sin olvidar que posiblemente los canarios somos prácticamente minorías étnicas en Fuerteventura y Lanzarote. En Canarias hay alrededor de 172.000 europeos de la UE sin contar con los españoles que sin duda superan esa cifra con creces. Otro dato es que dentro del Estado Español este hecho no se repite ni siquiera en Baleares, aunque si en algunos municipios de la costa valenciana. Si a todo esto añadimos que Canarias es un territorio insular, limitado y con una fragilidad medioambiental notoria, es evidente que aplicar el mismo traje a las Islas que al Continente europeo es una aberración. La excusa de la pertenecía a la UE es poco factible si recordamos que diversos territorios de la UE tienen limitada la residencia por su fragilidad medioambiental o por simple voluntad nacional.Testimonios.
CanariasInvestiga nos brinda algunos testimonios y casos curiosos de europeos en las Islas. Por ejemplo el de Natasha que trabaja en el Gran Meliá Palacio de Isora, un hotel de lujo del sur de Tenerife. "De joven vine de vacaciones a ver a mi madre, me encantó", comenta. De eso hace 14 años, y se quedó a vivir. Ahora ronda los 35. En este lugar conoció a su marido, un italiano con el que se casó y tuvo cinco hijos. "Aquí se vive bien, el clima es bueno y no hace falta mucho dinero", explica. Arona, en Tenerife, es el municipio canario con mayor número de europeos comunitarios no españoles residentes, nada menos que 35.500. El concejal de Presidencia, Antonio Sosa reconoce que "Eso a veces resulta complicado para llevar a cabo determinadas políticas. Se nos genera una complicación por los distintos idiomas y costumbres", señala. Pone como ejemplo a los británicos, que "forman sus propias comunidades y les cuesta mucho integrarse", como los que viven en urbanizaciones en torno a la Playa de Los Cristianos. Lo mismo ocurre en Adeje, donde los extranjeros se agrupan en las urbanizaciones cercanas a Las Américas, según informan desde el Ayuntamiento de esta localidad. Aunque también reconocen que participan poco e
n los procesos electorales, y muchos se inclinan por partidos ‘nacionalistas’ porque piensan que representan mejor al municipio. Pero no todo es mirar para otro lado entre los europeos no españoles en las Islas. No son raros los europeos que entienden que el Archipiélago debe regular y limitar su residencia porque ellos mismos padecen los efectos de la superpoblación. Como ejemplo el caso de Helen, escocesa que ronda los 50 años y vino hace casi 20 años buscando un clima más adecuado para sus dolencias reumáticas. Afirma que en población "Canarias no puede más". Pero quizás el caso más modélico de integración y respeto por el país de acogida es el de Stephen Gerald que en la actualidad es concejal en Santiago del Teide por Coalición Canaria y que llego hace casi 30 años de Glasgow (Escocia). A pesar del partido españolista en que milita hizo las siguientes declaraciones que no tienen desperdicio: “En las Islas ha entrado mucha gente extranjera" y por tanto "es necesario cerrar la puerta ya". Sobre sus ideas sobre Canarias, aclara que "Escocia lleva miles de años de pelea con Inglaterra, nosotros somos nacionalistas. Mucha gente cree que Canarias no podría vivir si no estuviera en España, pero no es verdad. Podría independizarse fácilmente".
Reflexión
La migraciones es un hecho natural en la Humanidad y hasta saludable, por tanto el problema no es la inmigración. Pero existen fronteras entre una migración moderada y tranquila y las colonizaciones abiertas de territorios y países ajenos. Lo que ocurre en Canarias es más bien lo segundo por parte de la población española y europea. Porque no hablamos de población de trabajadores que vienen a ganarse la vida e integrarse en la sociedad canaria, sino en su gran mayoría vienen a beneficiarse de los múltiples ventajas y plus que tienen por venir a poblar las Islas. Como ejemplo los miles de funcionarios españoles que abarrotan la administración y las fuerzas de ocupación o también las multinacionales y turoperadores europeos que enchufan a sus paisanos y dominan el sector turístico del país. Estos hechos contrastan con la realidad social de Canarias que sostiene los mayores índices de paro y pobreza de la Unión Europea. Por si fuera poco Canarias no cuenta ni con mecanismos ni con una clase política que tenga voluntad de integrar a estos migr
antes en la cultura y sociedad canaria, así que en el mejor de los casos se integran en la cultura española, y en los peores, como en el caso de muchos españoles, perteneciendo al engranaje de la cadena que trabaja día y noche para terminar de españolizar culturalmente y políticamente las Islas. Con todo es imperativo no perder de vista otras causas ligadas a la dependencia de la situación que padece las Islas. El modelo económico depredador promovido desde Madrid pero también abrazado con fuerza por la pseudo burguesía canaria y el cacicato insular constituyen sin duda alguna un pilar fundamental sino el principal de la estructura de dependencia. Pero queremos hacer una llamada a la esperanza, a la conciencia y movilización. Un motivo más para la esperanza es el mismísimo hecho de que incluso muchos de esos europeos entienden esta realidad y están empezando a denunciarla de alguna manera, y estamos seguros que, muchos de sus descendientes que echarán raíces en nuestra tierra se unirán al ilusionante proyecto de construir una Canarias libre, soberana y socialista.
