El colectivo cultural palmero 'Grito de Benahoare' se presenta en la isla de La Palma-Benahoare con el objetivo de reivindicar la olvidada figura del heroico Atanausú. Una iniciativa independiente de las instituciones que ven con recelo que se recuerde la figura del celebre líder indígena que prefirió morir de hambre que ser esclavo de los españoles. Les dejamos con el manifiesto.
Manifiesto de Las Jornadas Atanausú
La figura de Atanausú es fundamental para comprender la historia de La Palma, en particular, y de Canarias, en general. Sin embargo, pese a la enorme carga simbólica que supone este personaje, en La Palma poco se ha atendido a la misma y ha quedado relegada a un cierto olvido. La reivindicación de Atanausú ha estado más presente en el resto de Canarias que en la propia isla de La Palma. ¿A qué se debe esto? Pues a la propia carga simbólica de esta figura, una carga de rebeldía, el no dejarse someter, la visión y la memoria de los vencidos frente a la cruel gloria de los vencedores por la fuerza. Una figura insumisa siempre será peligrosa a los ojos del poder impuesto. Vivimos en un contexto histórico y social muy diferente del de 1493, sin embargo, resulta totalmente imposible comprender la situación de la isla actualmente sin tomar en cuenta aquellos acontecimientos. Estos acontecimientos se encuentran inscritos también dentro de la historia del mundo, puesto que, tras Canarias, vino la conquista de América, instaurándose las bases de un desarrollo desigual entre los pueblos del planeta, las bases del dominio imperialista y capitalista. Reivindiquemos a Atanausú, no como mero acto folclórico o nostálgico. No se trata de volver al pasado, a una supuesta arcadia feliz que, posiblemente, no se correspondiera con la realidad de la Canarias precolonial. Se trata de traer la figura de Atanausú, su significado, hacia nuestros días, dotándola incluso de nuevos significados simbólicos, el grito de los de abajo, el grito de protesta ante la destrucción de la isla a manos de los nuevos Fernández de Lugo del cemento, la protesta ante los herederos del caciquismo sotomayoril.
Historia de Atanausu
En el momento en el que se produce la conquista castellana de la isla de Benahoare (La Palma), esta se encontraba dividida en doce territorios cuyos jefes, según las crónicas, estaban ligados por lazos de parentesco. Uno de estos territorios era Aceró (La Caldera de Taburiente), al frente del cual se encontraba Atanausú. Pese a que la isla había resistido con anterioridad varios intentos invasores, cuando Alonso Fernández de Lugo desembarca en 1492 apenas haya resistencia. La debilidad interna en la isla tras una guerra entre Atanausú y su tío Atogmatoma (jefe de Tijarafe), junto con los contactos previos establecidos por europeos y la población insular, más las aparentes ventajas del pacto ofrecido por Alonso Fernández de Lugo (luego incumplidas por el conquistador), pueden ayudar a explicar este hecho. La primera de las resistencias fue encabezada por Juguiro y Garehagua, de Tigalate, pero fueron derrotados. Finalmente sólo quedaba sin rendir, insumiso, el cantón de Aceró, liderado por Atanausú, rechazando los intentos de los ejércitos invasores, mejor pertrechados en armamento, de entrar en La Caldera de Taburiente. En vista a que iba a cumplirse el tiempo previsto para la empresa invasora, Alonso Fernández de Lugo recurre al engaño y la traición, citando, por medio del isleño españolizado Juan de Palma, a Atanausú a una entrevista en la que, supuestamente, se trataría la paz. Atanusú puso como condición que el conquistador acudiese sin sus tropas al lugar del encuentro. Incumpliendo la palabra, las tropas invasoras se aposentaron en los alrededores del paso de Adamancansis, ante la desconfianza de Ugranfir, quien pronto comenzó a sospechar que todo era un engaño. Atanausú y su gente son víctimas de la emboscada preparada por los castellanos y, tras una batalla, el líder palmero es apresado. Antes que dejarse someter y ser convertido en un mero trofeo de guerra, Atanausú, gritando “Vacaguaré”, decide no comer en el trayecto que lo trasladaba preso a España, muriendo por el camino. Oficialmente conquistada y sometida a la corona castellana, la isla, sin embargo, no había sido completamente derrotada, y al poco tiempo estalla una rebelión de alzados palmeros, pero que no logra liberar la isla de sus nuevos dueños.
En el momento en el que se produce la conquista castellana de la isla de Benahoare (La Palma), esta se encontraba dividida en doce territorios cuyos jefes, según las crónicas, estaban ligados por lazos de parentesco. Uno de estos territorios era Aceró (La Caldera de Taburiente), al frente del cual se encontraba Atanausú. Pese a que la isla había resistido con anterioridad varios intentos invasores, cuando Alonso Fernández de Lugo desembarca en 1492 apenas haya resistencia. La debilidad interna en la isla tras una guerra entre Atanausú y su tío Atogmatoma (jefe de Tijarafe), junto con los contactos previos establecidos por europeos y la población insular, más las aparentes ventajas del pacto ofrecido por Alonso Fernández de Lugo (luego incumplidas por el conquistador), pueden ayudar a explicar este hecho. La primera de las resistencias fue encabezada por Juguiro y Garehagua, de Tigalate, pero fueron derrotados. Finalmente sólo quedaba sin rendir, insumiso, el cantón de Aceró, liderado por Atanausú, rechazando los intentos de los ejércitos invasores, mejor pertrechados en armamento, de entrar en La Caldera de Taburiente. En vista a que iba a cumplirse el tiempo previsto para la empresa invasora, Alonso Fernández de Lugo recurre al engaño y la traición, citando, por medio del isleño españolizado Juan de Palma, a Atanausú a una entrevista en la que, supuestamente, se trataría la paz. Atanusú puso como condición que el conquistador acudiese sin sus tropas al lugar del encuentro. Incumpliendo la palabra, las tropas invasoras se aposentaron en los alrededores del paso de Adamancansis, ante la desconfianza de Ugranfir, quien pronto comenzó a sospechar que todo era un engaño. Atanausú y su gente son víctimas de la emboscada preparada por los castellanos y, tras una batalla, el líder palmero es apresado. Antes que dejarse someter y ser convertido en un mero trofeo de guerra, Atanausú, gritando “Vacaguaré”, decide no comer en el trayecto que lo trasladaba preso a España, muriendo por el camino. Oficialmente conquistada y sometida a la corona castellana, la isla, sin embargo, no había sido completamente derrotada, y al poco tiempo estalla una rebelión de alzados palmeros, pero que no logra liberar la isla de sus nuevos dueños.
English:
History of Atanausú
At the times that took place the Spanish conquest of the island of Benahoare (La Palma), the island was divided into twelve kinds of kingdoms whose chiefs, according to the chronicles, were bound by family ties. One of these territories was Aceró (La Caldera de Taburiente); its chief was Atanausú. When Alonso Fernández de Lugo, the Spanish conqueror, landed in La Palma in 1942 he hardly found any resistance in the island, due to the internal weakness after a war between Atanausú and his uncle Atogmatoma (chief of Tijarafe), along with prior contacts established by Europeans and the island population. The first resistance was led by Juguiro and Garehagua of Tigalate, but they were finally defeated. The last remaining stronghold of the native Guanches was the kingdom of Aceró, led by Atanausú, rejecting attempts by the invading Spanish armies better equipped in arms that entered La Caldera de Taburiente. The mentioned Fernandez de Lugo finishes the conquest of La Palma on May 1942; given that time was to be accomplished for the invasion planned by the Spanish company, Fernandez de Lugo deceitfully invited Atanausú, through the spanishized islander Juan Palma to an interview, in which supposedly it would be peace, but de Lugo resorted to deception and betrayal; he was supposed to go to the meeting point without his troops, but he violated the pact, and the invading troops were lodged in the step of Adamancasis. Atanausú and its people were victims of the ambush, and after the battle, he was captured and imprisoned as a trophy of war. Before surrender he shouted “Vacaguaré” which means “I want to die, I rather die than surrender”; he strongly refused to eat anything during the journey that took him prisoner to Spain, dying along the way. Officially conquered and subjected to the Spanish Crown, the island, however, had not been completely defeated, a rebellion arose but failed to liberate the island from the Spaniards.
Jornadas de Atanausú Manifiesto
The figure of Atanausú is essential to understand the history of La Palma, and also the history of the Canary Islands. Notwithstanding little attention has been paid to this fundamental part of its history and it has been confined to forgetfullness; as a matter of fact this claim has been more present in other islands rather than La Palma itself. Why? For the very symolism of this figure, a charge of rebellion, not to be subject, not to surrender, vision and memory of the vanquised against the cruel glory of conquerors force. A rebellious figure will always be dangerous to the eyes of imposed power. Nowadays we live in a very different social and historical context from that of 1493, however, it is completely imposible to understand the actual situation of the island without taking account of those events. These events also have influence in world history, since, after the Canary Islands, came the conquest of America, a strong foundation of unequal development among the peoples of the world, the foundations of imperialist domination and capitalism. Let's reclaim Atanausú, not as mere folklore or nostalgia act. It is not just going back to the past, a supposed happy Utopia that possibly does not correspond with the reality of precolonial Canarys. Our claim is to bring back the figure of Atanausú, its meaning, to this day, giving it new meanings even symbolic, the cry of the people that are under, the cry of protest against the destruction of the island at the hands of the new cement Fernández de Lugo the protest against the heirs of sotomayoril’s caciquismo.