Estos días fallecía El Hadji Amadou Ndoye (Dakar, Senegal,
1947) profesor de español de la Universidad
de Cheikh Anta Diop (UCAD) de la
capital senegalesa, experto en Literatura Canaria y profundamente
anticolonialista. Su pasión por nuestro país canario le llevó a realizar
considerables esfuerzos en fortalecer los lazos de África con el mundo
hispanohablante y en especial con el Archipiélago.
Nació en Rufisque (Senegal) donde Ndoye se
aficionó a la música caribeña como la salsa o la rumba. Ritmos latinos que
remontan sus raíces a África y
fueron llevados en el corazón y la cabeza de cientos de miles de esclavos y que
entonces, cientos de años después, regresaban al continente de origen, pero
cantadas en español. Así se intrigó y decidió aprender castellano. En la
Universidad comenzó a conocer la obra de autores como Benito Pérez Galdós o Rubén
Darío. Pero un día un lector canario le cambió el rumbo de su carrera; Juan Manuel González que daba clases en
la UCAD y le abrió las puertas a la literatura canaria. González le animó a
traducir del español al francés poemas de escritores canarios y encontré un
gran filón ya que no se conocía absolutamente nada sobre la Literatura Canaria
en la África francófona. Una literatura que le fascinó ya que además de estar ‘a
tiro de piedra’ de Senegal, tenía un cierto aire caribeño en su manera de
hablar, escribir y crear. Por consiguiente Ndoye comenzó a saborear autores de
la talla de Víctor Ramírez, Pedro Lezcano, Alonso Quesada, Saulo Torón
o Luis León Barreto. Por último
recurrió a autores tan complejos y básicos de nuestra literatura nacional como Cairasco de Figueroa y José Viera y Clavijo. Durante más de
treinta años, Ndoye impartió clases en la UCAD de Traducción, Gramática
Histórica y Literatura Española e Hispanoamericana.
“Canarias era su pasión” asegura
Ana Laguna que trabajó con él durante un tiempo en Senegal. “A veces estabas con él y se arrancaba una
folía” y se sentía muy orgulloso por su vinculación con las Islas. De hecho
llegan a decir que “era muy senagalés,
pero a la vez muy canario.” De hecho su obra gira en torno a nuestro país;
desde su tesis doctoral hasta su trabajo “Estudios sobre la narrativa canaria”
(1998). En su casa tenía su habitación con una enorme biblioteca de autores canarios,
hispanoamericanos y españoles que es recordada con asombro por los visitantes.
Según José Naranjo en plena conversación, era capaz de recitar unos versos de
Alonso Quesada o contar una anécdota ocurrida en Tenerife durante la Guerra
Civil Española, así era él.
Nuestros respetos y homenaje a todos los que como Amadou Ndoye nos recuerdan que Canarias es una nación universal.