31/10/11

Los amazighes de Libia acusan al Consejo Nacional de querer mantener la dictadura

Si un colectivo étnico ha padecido la complejidad y contradicciones del conflicto libio es la población amazigh del país. Una cultura que bajo la dictadura gadafista era ninguneada y criminalizada, hoy sin embargo parece que salvo la libre expresión temporal, le espera un futuro incierto. Es la triste realidad para la cultura más ancestral de Libia que además está a la cabeza de la lucha por la democracia.

[Demostración de fuerza de los amazighes en Tripoli]
CuartoPoder. Los bereberes de Libia, representados en el llamado Congreso Mundial Amazigh (CMA), han salido al paso de las declaraciones realizadas el domingo 23 de octubre por Mustafa Abdeljalil, presidente del Consejo Nacional de Transición, acusándole de mantener el estado “oscurantista, discriminatorio y liberticida” que existían en la Libia de Gadafi. En esas polémicas declaraciones, realizadas en una concentración pública en Trípoli, Abdeljalil aseguró que el futuro sistema político se basaría en la charia (ley islámica) y que esto supondría la anulación de las actuales leyes que regulan el régimen de matrimonio y divorcio El Congreso internacional de los amazighes, como prefieren denominarse los bereberes, está presidido por Fethi Benkhelifa, uno de los más destacados líderes bereberes de Libia, veterano opositor al régimen gadafista y miembro, como Abdeljalil, del Consejo Nacional de Transición. En su comunicado hecho público en París, el CMA aprovecha la ocasión para recordar que Abdeljalil fue ministro de Gadafi desde el año 2007; después dice estar “consternado” por tales declaraciones y afirma que, en vez de manifestar la alegría por el nacimiento de la nueva Libia libre, “se dedicó a hacer declaraciones tan intempestivas como incongruentes y antidemocráticas”. Abdeljalil ha olvidado, continúa el comunicado, que “preside una instancia provisional fundada solamente en la urgencia para hacer frente al estado de guerra” y, en este sentido, con sus palabras ha “ultrajado sobradamente sus prerrogativas”. Volviendo a las referencias a la charia, este organismo internacional que representa a partidos bereberes de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia e igualmente a organizaciones tuareg y de las Islas Canarias, se pregunta: “¿En ese caso, para qué hacer una revolución? ¿Por qué tantas muertes y destrucciones? ¿Solamente para cambiar de dictadura?”. A continuación, “denuncia vigorosamente estas declaraciones ilegítimas y de una gran brutalidad, que tienden a orientar las futuras elecciones fundamentales de los libios en el sentido de un conservadurismo religioso anacrónico y retrógrado. Libia no puede volver la espalda a la modernidad, a los principios democráticos universales y a los textos fundamentales del derecho internacional relativos a los derechos humanos. La igualdad en derechos de hombres y mujeres, el respeto de las libertades fundamentales, el reconocimiento y el respeto de los derechos del pueblo amazigh de Libia, es lo que exigimos encontrar en la nueva Constitución del país”. Finalmente, dicen alegrarse del final del régimen “que tanto oprimió a los amazighs” pero, a renglón seguido, muestra su preocupación “por las oscuras circunstancias de la muerte de Gadafi y condena toda forma de ejecución sumaria, sea quien sea la persona asesinada”, habiendo preferido “un proceso en el curso del cual Gadafi habría podido hablar”.[Participantes en el CMA en la isla tunecina de Djerba. En la foto Jaime Saenz representante canario miembro de Solidaridad Canaria]


El citado dirigente bereber, Fethi Benkhelifa, preside el Congreso Mundial Amazigh (CMA) desde su sexta reunión, celebrada en la isla tunecina de Yerba entre los días 26 de septiembre y 2 de octubre. Igualmente otro libio, Younes Alharess, ocupa una de las vicepresidencias, mientras que el CMA cuenta también con el expreso apoyo de Fethi Buzakhar, presidente de la recientemente creada Conferencia Nacional de los Amazighs de Libia y coordinador del campo de refugiados libios en Tatauine (Túnez). Esta conferencia se celebró con la asistencia de más de 2.000 personas en el hotel Rixos de Trípoli el 26 de septiembre, ante la presencia del ministro de Cultura del Consejo Nacional de Transición y de representantes de las diferentes fuerzas armadas que han combatido en la guerra, entre ellas de las brigadas de Misrata. En esta conferencia se plantearon las reivindicaciones de esta población, que habita fundamentalmente las zonas fronterizas con Túnez, destacando de forma especial el reconocimiento oficial de su lengua y cultura. Dos días después, el 28 de septiembre, esta Conferencia convocó una gran concentración en la plaza de los Mártires, convirtiendo este emblemático lugar en una demostración de fuerza protegida por sus propias unidades militares. Aunque los bereberes suponen solamente un 10 por ciento de la población libia jugaron un papel fundamental en la ofensiva final que terminó con la ocupación de la capital, ya que, junto a combatientes llegados de otras partes del país, llegaron a controlar toda la zona de los montes Nafusa, desde donde se pudo iniciar el avance definitivo hacia Trípoli. De la misma forma, en zonas habitadas por este pueblo se encuentran los dos principales y estratégicos pasos fronterizos con Túnez. Los bereberes, de origen autóctono y vinculados étnicamente a los tuaregs y a los antiguos guanches de Canarias, no se consideran árabes, tienen su propia lengua y, siendo musulmanes como los demás libios, dan a la religión un papel más secundario en el sistema político, destacando, por ejemplo, el protagonismo social de la mujer.


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