3/9/11

Independentismo, Movilización y Lucha Social

La izquierda independentista se ha fraguado y crecido con las movilizaciones populares respondiendo a los ataques del poder colonial y local. Fueron las manifestaciones, la toma de la calle, la que nos llevó en un tiempo a liderar la vanguardia de la lucha por la libertad y el progreso social.
Francisco Javier González. José Martí, refiriéndose al gobierno español que colonizaba y tiranizaba a Cuba, decía que “Pueblo que soporta a un tirano, lo merece”. Yo lo traduciría para Canarias por “Pueblo que soporta seguir colonizado es porque lo merece”. La continuidad de la dependencia nos la hemos ganado a pulso con la sumisión permanente al poder colonial y a sus lacayos autóctonos, incapaces de rebelarse y perder las migajas del festín a que su servilismo les da derecho...

Esa alienación es la razón fundamental por la que seguimos siendo parte del Estado Español, marginada y ninguneada pero parte, y por lo mismo partícipesde los desafueros que sus dirigentes políticos cometan con su propia población. Además ni la metrópoli ni la colonia están fuera del mundo. Las clases sociales y su antagonismo, la explotación del hombre por el hombre son fenómenos universales aunque no iguales en todos los lugares. El capitalismo feroz y su cara más obscena y depredadora, el capitalismo financiero rebautizado como “los mercados”, capaz de crear dinero a partir del dinero sin ninguna actividad productiva, es hoy la única globalización real y el origen de una crisis sin precedentes que nos afecta por igual a todos, independientemente de que los países y naciones colonizadas sean objeto de otra sobreexplotación añadida que, en nuestro caso, conduce a las más catastróficas cifras estadísticas del estado español (paro, salarios, pobreza….)


Nadie ha regalado nada a las clases trabajadoras a lo largo de la historia. Se ha conquistado todo a base de una lucha dura y continuada. El relativo, aunque desigual, “estado del bienestar” que tenemos ha costado mucha sangre de las clases más desposeídas para alcanzarlo, muchas jornadas de luchas, muchos retrocesos como los que en el estado Español supusieron el Fascismo y el Nacionalcatolicismo que se superaron dejando más de un millón de muertos en la cuneta. Aquí, en la colonia canaria, el fascio español y sus entusiastas adeptos criollos sembraron nuestras tierras, pozos, simas, barrancos y mares de cuerpos de luchadores, desarmados e indefensos, que cometieron el grave delito de soñar con una vida libre y mejor para todos. Esa idea de libertad y de una vida con dignidad, sin explotaciones del hombre por el hombre, fue y debe seguir siendo la razón de la existencia de una corriente de pensamiento y acción que denominamos “la izquierda”.


Podríamos pensar que con un gobierno autointitulado “de izquierdas” en la metrópoli y con otro supuestamente “nacionalista” en la colonia, problemas como la defensa de los derechos de los trabajadores, la redistribución de la riqueza con un sistema fiscal progresista en que pague más quien más tiene, la acción social protectora de aquellos colectivos marginados y marginales y hasta el mismo derecho a la autodeterminación de las naciones del estado y la independencia de las colonias, estarían resuelto o en vías de solución, pero nos hemos encontrado que son estos gobierno los que han recapitalizado a unos bancos y unas cajas de ahorro en quiebra con dinero público negando la posibilidad de la nacionalización de ese sector, recortado los sueldos de los funcionarios, congelado las pensiones, incrementando la precariedad del empleo, prolongando la edad de jubilación, reduciendo la inversión en sanidad y enseñanza….todo ello con la complacencia de una derecha cerril y corrupta que espera su turno -en la metrópoli y en la colonia- como guirre al acecho del cadáver y con la anuencia de unos sindicatos que tiempo ha que han perdido su capacidad combativa en defensa de los derechos que tan duramente se han conquistado.



La última indignidad de esta nueva pinza antipopular que han establecido de facto PSOE-PP, con la abstención cómplice de comparsas segundones como el pseudonacionalismo canario y al dictado de “los mercados” famosos, del Banco Central Europeo y de personajes neoliberales como Merkel y Sarkozy, ha sido llevar y aprobar en el Congreso español una reforma exprés de la Constitución Española que consagra una política económica ultraliberal que no acepta ni el keynesianismo gringo, política que no solo impide al estado español –autonomías y colonias incluidas- endeudarse para desarrollar cualquiera acción social solidaria con los desposeídos que van en aumento o para mantener un mínimo de ese cada vez más precario estado del bienestar que habíamos conquistado. Es un delito de ataque a todo un pueblo perpetrado con alevosía y nocturnidad que alcanza su cota máxima en el apartado 3 del artículo 135 que se introduce : “…los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuesto y su pago gozará de prioridad absoluta…” lo que significa que ni los gastos más urgentes de seguridad social, de enseñanza o inclusive de pago de salarios al personal de la administración o de las pensiones, puedan contemplarse si previamente no se paga la deuda y sus intereses a los salteadores del capitalismo financiero, entre los que se encuentran los mismos bancos y cajas reflotados con nuestro dinero.


A todas estas, desde la izquierda nacionalista canaria, salvo un artículo de Manolo Marrero de Intersindical Canaria y un comunicado de la propia IC exigiendo un Referéndum para que se pueda perpetrar el atentado y una dura condena de la Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario (AMEC) con llamada a la movilización incluida, no conozco reacciones ante este ataque que nos concierne de lleno. De la derecha independentista o del llamado “interclasismo” tampoco ha habido señales de vida, posición esperable vista las posiciones adoptadas por la burguesía dependiente. El debate más frecuente hoy en los foros y la prensa digital independentista es si el Día de la Bandera Nacional, el 22 de octubre, deberá celebrarse unificadamente por todas las posiciones políticas –izquierdas, derechas e indeterminadas- o por separado, mientras el nudo corredizo de la realidad social sangrante se aprieta cada vez más al cuello de los canarios de la calle. ¿Qué hacer? No creo que ningún Referéndum específico resuelva el problema de base. El problema es la propia Constitución monárquica española, carcelera de pueblos y ahora cómplice de la explotación capitalista más dura y que, por lo mismo, no puede ser aceptada por el nacionalismo canario. En todo caso nuestra lucha por la libertad nacional puede y debe confluir con los sectores que desde el Estado cuestionen esa Constitución en su globalidad, pero un sentido de la urgencia inmediata nos lleva a pedir el apoyo incluso a esos sectores que limitan su objetivo a esta reforma concreta.


La izquierda independentista se ha fraguado y crecido con las movilizaciones populares respondiendo a los ataques del poder colonial y local. Fueron las manifestaciones, la toma de la calle, la que nos llevó en un tiempo a liderar la vanguardia de la lucha por la libertad y el progreso social y hoy parece que hemos renunciado definitivamente a ella. Hay que retomar esa senda, retomar nuestra historia. No podemos faltar con nuestras banderas, nuestras consignas y con nuestra propia visión en ninguna movilización que se haga para enfrentar este desaguisado perpetrado en el Congreso español. Solo cabe la rebelión ciudadana y el nacionalismo canario de izquierdas no puede ser ajeno a ella.


Si no lo hacemos así la frase de Martí será de plena aplicación a nosotros como parte de este pueblo y podrá ponerse de epitafio a la desaparición de toda una idea.

Autor. Francisco Javier González