24/9/11

Ben Magec exculpa al Gobierno de España

El portavoz de Ben Magec Alberto Martín insistió es competencia del "Gobierno regional" delimitar esas zonas y dotarlas de medidas de protección. Asombra la actitud de este colectivo olvidando la responsabilidad de Madrid, como si no tuviera nada que ver. Quien los oye podría llegar a pensar que Canarias cuenta con Gobierno soberano e independiente..



El portavoz de la asociación ecologista Ben Magec, filial de la española Ecologistas en Acción, responsabiliza al Gobierno autonómico de la condena impuesta por la UE a España por no haber designado a tiempo un número suficiente de espacios naturales protegidos en el país. Alberto Martín ha afirmado que, pese a que Bruselas se refiere a un Estado a la hora de dictaminar, "esas competencias en la actualidad las tiene el Gobierno de Canarias". La sentencia emitida este jueves por el Tribunal de Justicia de la UE da la razón a la Comisión Europea, que denunciaba que las autoridades españolas tendrían que haber designado en Canarias 174 espacios como zonas especiales de conservación y adoptar las medidas de protección necesarias para conservarlos antes de diciembre de 2007. "Este retraso sistemático en la aprobación tanto de las zonas como de las normas de conservación de estos espacios es una jugada sucia para permitir el desarrollo de determinadas infraestructuras que con esta normativa habría supuesto un retraso bastante importante para determinadas obras". El Gobierno español aprobó el 23 de diciembre de 2009 una orden ministerial en la que se designaban las 174 zonas de protección. El Gobierno autonómico aprobó un decreto el 29 de diciembre del mismo año para fijar la lista. No obstante, la sentencia resalta que ambas normas llegaron después de que el Ejecutivo comunitario lanzara su ultimátum central y que no establecen las medidas de conservación necesarias para los espacios naturales protegidos. Para Ben Magec el problema es cómo se ha solucionado el caso, "dotándolas (las zonas protegidas) de unas normas de conservación que ni mucho menos están ajustadas a la realidad de esos espacios". "Han sido desarrolladas muy lentamente", ha insistito alberto Martín, "para intentar evitar esta sanción". "El resultado que tenemos es, aparte de una sanción, unos espacios naturales que está mal protegidos porque están hechos muy a la ligera".

Ecologismo y política de Ben Magec


Es verdad que el Gobierno autonómico es culpable y ejecutor final de muchos de los atentados ecológicos que están hipotecando nuestro futuro como pueblo. Pero obviar la responsabilidad del Gobierno de España en la trama peca de una ingenuidad sólo justificable desde posturas recalcitrantemente dependentistas. La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE es concisa ya que revela como es Madrid en primera instancia quien no mueve ficha en la protección. Hablar del Gobierno de Canarias como un ente institucional de esta manera parece suponerle una soberanía e independencia que no tiene ni por asomo. Al contrario, el Gobierno de Canarias hoy es nada más y nada menos que una extensión del entramado institucional español en el país, y no hay acción posible más allá del visto bueno del Estado Español. La corrupción generalizada en Canarias no es un defecto genético del canario, tiene unas raíces históricas profundas, y siempre han sido bien regadas por Madriz, ya que es fundamental para someter cualquier territorio colonial, y Canarias no es la excepción. No exculpamos al Gobierno autonómico, todo lo contrario, ya que ellos son los representantes políticos, bajo la tutela de Madriz, del colonialismo capitalista en Canarias. Los de aquí y los de allí son la misma cosa a grosso modo. Por si fuera poco, es oportuno recordar que es Madrid quien impone en Canarias sus infraestructuras faraónicas de control como Aeropuertos, macrocárceles, puertos, radares militares etc. que pasan por encima de cualquier ley de protección del medio y los supuesto, de los intereses canarios. No han dudado en expulsar a gente de sus viviendas (Cho Vito, Ojos de Garza), sepultar fértiles tierras de cultivo (Macrocárcel, Aeropuerto Los Rodeos...), destruir bosques y espacios naturales (Anaga, Pájara...), agredir brutalmente a quien se les oponga (Vecinos del Castillo del Romeral)...etc. Y si algo tuvieron en común esos atentados ecológicos decretados desde Madrid es el silencio cómplice de Ben Magec, mientras los vecinos y movimientos sociales se juegan el tipo y dan la cara. También seríamos nosotros hipocritas si pasaramos por alto a la UE que no para de enviar grandes fortunas para la construcción voraz e imparable de viaductos, autopistas y carreteras absurdas e innecesarias que arrasan el territorio y llena los bolsillos de la clase política y sus empresas de la construcción. Pero es que ante estos atentados Ben Magec tampoco mueve un dedo, sino...¿como explicar muchos silencios? ¿lo del viaducto de Teror? ¿el de Tenoya? ¿la central Hidroeléctrica de El Hierro? ¿la vega de Gáldar? ¿el repentino silencio ante la salvajada de Tamadaba?... Parece que están por un ecologismo conservacionista de espacios naturales de gran belleza, más allá de consideraciones culturales, sociales, populares y por supuesto nacionales. Defienden la biodiversidad pero miran para otro lado cuando se trata de nuestro suelo que es nuestra principal garantía de futuro como país, o del patrimonio cultural canario. Suelos productivos que pueden salvarnos la vida en cualquier coyuntura de aislamiento del Archipiélago. Aunque Ben Magec durante su trayectoria ha impulsado acciones que son dignas de elogiar y reconocer, y que no ponemos un duda, tambien hay cosas que no se entienden y hay que decirlas. La realidad palpable es que son iniciativas vecinales y populares las que están dando la cara en defensa de nuestro territorio y más nadie. Por eso mismo, más que preocuparnos o criticar a dicho colectivo, debemos tener una cosa clara, en ultima instancia es el pueblo quien único puede y debe salvar esta tierra de la especulación, de la destrucción masiva que hipoteca el futuro de Canarias. El futuro del movimiento nacional popular está con ellos y ellas.