31/7/11

Erase un inglés, un español y un canario…

El comunicado de INEKAREN el pasado 25 de julio da en la clave de una celebración totalmente manipulada por el españolismo. La heroica gesta del pueblo canario ha sido adjudicada a un ejército español que no existía en Canarias y a un fervor españolista que era igual de escaso.



[Patética recreación de las milicias canarias que de ninguna manera formaban un ejército regular ni tan relucientemente equipados]
Hoy se cumplen 214 años del ataque del corsario inglés Horacio Nelson al puerto de Santa Cruz de Tenerife. Ataque perpetrado por la marina inglesa, 8 barcos con más de 380 cañones en total y unos 1000 soldados que intentaron tomar el casco de Santa Cruz de Tenerife para expandir la influencia del imperio británico. Pero ese día, el más mitificado almirante inglés, fue derrotado. ¿Pero quien derrotó a los ingleses? Los ingleses, con sus hombres bien pertrechados y entrenados, profesionales de la marina, fueron derrotados en el puerto de Santa Cruz. Desde hace unos años, desde que entró Ángel Llanos (PP) como concejal de fiestas al ayuntamiento de Santa Cruz, hemos vivido una descarada manipulación de la historia del pueblo canario. En su fervor de españolidad, con el mundial y sus pantallas gigantes, la gesta del 25 de julio se presentaba como un buen pretexto para otro acto de propaganda de esa recalcitrante y chabacana muestra de españolismo que tenía como bandera aquel mediocre concejal, y en otro alarde de derroche de dinero público, se financia una campaña para reescribir la historia. Y este contexto entra en escena una asociación encabezada por Teodoro Ríos (director junto con su hermano de películas como Mambí o Guarapo) y su empresa “Festeam Comunicación y eventos S.L.” llamada “asociación histórico-cultural gesta 25 de julio de 1797” cuyo cometido sería la de dotar de legitimidad histórica tal alarde de españolismo, su misión, reescribir la historia, dicha asociación se ampara bajo el paraguas del cuartel Almeyda, del ejército pudiendo intuir por quienes está compuesta. Dicha organización es la encargada de la recreación de la gesta, y su misión de deconstruir la historia y presentar una batalla con unos impolutos españoles y bien pertrechados que combaten a otro pintoresco ejército inglés. Este año, se vuelve a repetir la hazaña, esta vez con bajo presupuesto, ya que ni si quiera hubo ejército inglés, en cambio se sacó al ejército a las calles, desde el cuartel Almeyda hasta la plaza de España desfiló el batallón de infantería de Canarias volviendo a celebrar un acto de propaganda española e ignorando y despreciando a los verdaderos protagonista de aquella gesta.



En estos años, otro de los trabajos de reescribir la historia, ha sido el nuevo papel que tuvo el General Gutiérrez, decimos nuevo, por que históricamente nunca se le dio la más mínima relevancia ya que se quedó recluido cobardemente a salvo de la batalla en el cuartel de Paso Alto, y como él mismo escribe y citado en la obra “Ataque de una escuadra inglesa al Puerto de Santa Cruz de Tenerife el 25 de julio de 1797” de Eduardo P. García Rodríguez. En ese estudio se dice que en el momento que el General Gutiérrez se decide a acercarse al muelle para ver por sí mismo como “iban las cosas”:


La presencia de tantos cuerpos ingleses mutilados y destrozados por la metralla de los cañones y fusilería, y la alfombra de sangre que cubría el empedrado suelo debió afectar en sobremanera la sensibilidad del teniente general. La visión debió causarle una fuerte impresión, y como consecuencia de la misma sufrió un "desvaído" teniendo que ser asistido por dos de sus oficiales para, apoyado en los hombros de éstos, regresar a la seguridad del fuerte”. Y este general es ahora presentado como el héroe de aquella jornada.

¿Pero quienes fueron entonces los héroes?



[Representación de un miliciano canario, que poco tiene que ver con la perfección de los trajes de la representación actual]
El pueblo canario fue el protagonista de aquella gesta, los milicianos y milicianas que cogieron las armas o abastecieron el frente en pleno bombardeo inglés, fuimos nosotros, los trabajadores y trabajadoras quienes defendimos nuestras casas del saqueo y de la violencia imperialista que ya este pueblo había sufrido desde la conquista. No fue el fervor patriótico español, el que hizo que los canarios derramáramos la sangre en aquella batalla, si no la dignidad y el instinto latente de expulsar al invasor, al agresor.


Respecto al mito del supuesto “ardor patriótico español” de los isleños en su lucha contra los ingleses, la realidad es que muchos canarios preferían estar bajo el gobierno inglés que el ruinoso español. En 1860, el Reverendo norteamericano Charles W. Thomas escribe en su obra “Aventuras y observaciones en la costa occidental de África y sus Islas”: “Durante un siglo, la madre patria ha hecho muy poco por estas islas, excepto oprimirlas con su gobierno […] en partes de Tenerife las facciones guanches son visibles en la clase baja. Son emprendedores y trabajadores, y bajo un gobierno más favorable al desarrollo del genio y el trabajo serían una población con más poder económico”.



En las representaciones de la gesta, se nos presenta a unas milicias relucientes y pertrechadas de forma idealizadas, cuando como ha quedado demostrado muchos de sus integrantes por la escasez de medios acudían a la batalla con palos y piedras, en las cuales las extendidas antaño, técnicas de lucha de garrotes y palo canario tuvieron una importancia clave e ignorada por la mayoría de la historiografía.


Los milicianos eran sacados principalmente de las zonas agrícolas de la Isla. El inglés Alfred Diston comenta en una lámina donde se representa a un campesino de El Miradero en Icod en 1824:


Todo aquel que a cierta edad no está casado o no tenga madre dependiendo de él, está obligado al servicio militar [en la milicia], y los que tienen estas obligaciones deben buscar un sustituto o servir cuatro meses cada año en Santa Cruz o cualquier otro lugar que tenga ejército estacionado en él”.


En el centenario de la victoria contra Nelson (1897), Secundino Delgado, nos narraba como se posicionó España ante esta gloriosa gesta canaria.


Hace poco, cuando el pueblo canario celebraba su primer centenario de la derrota de Nelson en Tenerife, el gobierno metropolitano calificó aquella fiesta de "puramente local". Aquel hecho insólito era por tanto, gloria solamente nuestra, gloria Canaria. El presuntuoso pueblo que nos tiraniza hubiera creído rebajado su orgullo aceptando comunidad de glorias con nosotros! Por consecuencia lógica, las glorias hispanas no lo son nuestras. Qué decepción para los isleños que sueñan compensación de nuestras desgracias actuales en la honra de ser partícipes de los laureles de una nación un día grande y poderosa!”

Por tanto, desde Inekaren, queremos recordar al pueblo canario, nuestro justo protagonismo en esta acción bélica y denunciar el revisionismo histórico al que someten las instituciones a la historia de nuestro pueblo. Esta victoria, es parafraseando a Secundino Delgado, “Gloria solamente nuestra, gloria canaria” y nos atrevemos además a añadir, que es “Gloria solamente nuestra, gloria de la clase trabajadora y campesina canaria”.


Inekaren


25 de julio del 2011
Islas Canarias, Norte de África





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