5/5/14

'Veredas' y la educación canaria, una reflexión necesaria

Pedro Delgado. Sietesitios.info. El acceso a una formación básica que integre nuestra realidad constituye un derecho que aún no hemos ganado como pueblo tras más de treinta años de autonomía. Nuestro español, nuestra cultura, identidad, historia, geografía y realidad social padecen un auténtico apartheid en el sistema educativo.  

La canariedad es un hecho ‘correctamente desvalorizado’, reducido a la marginalidad, a las meritorias iniciativas individuales, es etiquetada como lo eternamente anexo, complementario. Como ese cuadernillo que nunca se acaba impartiendo y esa identidad que se caricaturiza a lo meramente gastronómico y lúdico. Una exclusión y marcaje vergonzoso que transmite un mensaje fundamental al alumnado: la canariedad es un elemento exclusivamente lúdico, ajeno a nuestro día a día y responsabilidad ciudadana. Con todo, no nos engañemos, la complicidad de gran parte de la sociedad canaria escasamente sensibilizada, incluyendo amplios sectores del profesorado, es evidente. Lo que se desconoce no se puede querer.

Mientras, pasan las generaciones isleñas, condenadas como sus padres y abuelos al analfabetismo más atroz sobre su propia realidad. Una programación desde chinijos para consolidar una estructura mental descentrada y ubicada en otras latitudes que no corresponde a su día a día. En consecuencia, una percepción dependiente. 

Una irresponsabilidad que acarrea graves consecuencias de las que generalmente no somos conscientes. La exclusión de Canarias del ámbito educativo no sólo nos desarraiga y diluye como nacionalidad, sino que convierte a los ciudadanos de este Archipiélago en una masa manifiestamente manipulable por los poderes e intereses ajenos.

Una sociedad que ignora los valores de su territorio y sus paisanos dificulta la toma de conciencia y responsabilidad sobre la gestión de su propia realidad, de su propio país. Los hechos hablan por sí solos cuando comparamos el grado de movilización e implicación social ante una problemática estatal y una específicamente nacional. Cambiar esta perspectiva parece ser un riesgo que un Gobierno de Canarias autodenominado ‘nacionalista’ no quiere asumir. ¿Puede ser el conocimiento de Canarias por su propia gente un peligro para los intereses especulativos y socioeconómicos del poder en las Islas? 


La iniciativa ciudadana, el “Proyecto Veredas” 
Foto: Teldeactualidad.com

La reivindicación activa de una Escuela Pública Canaria se remonta a la década de los ochenta del siglo pasado por iniciativa del sindicalismo docente y el movimiento nacionalista canario. No obstante, frente a cuestiones de índole presupuestaria se fueron relegando las relacionadas con los contenidos canarios hasta pasar al plano meramente nominal y simbólico. Si no, ¿cómo explicar que tras décadas no se haya impulsado ni un solo centro privado o concertado bajo las premisas de una educación canaria? ¿Donde están las iniciativas y presión de la comunidad educativa por la integración transversal de Canarias en la educación?. A ello contribuyó diversos factores que culminaron con la llegada al poder de Coalición Canaria que optó, al contrario de lo que se esperaba, por una postura manifiestamente conservadora al respecto. La tradicional reivindicación se desinfló.

El nuevo milenio trajo consigo una iniciativa ciudadana que pudo ser el germen del cambio ante la pasividad institucional. En el año 2000, en la milenaria ciudad de Telde surge el “Proyecto Veredas”, con el objetivo de acercar e integrar los contenidos canarios en la escuela, en un primer momento del municipio con la idea de extenderlo al resto del país.

Con el apoyo de la concejala de educación Gregoria González Valerón en unos pocos meses Veredas fue toda una realidad que dio empleo a doce monitores y acercaron Canarias a una media de 10.000 niños. La ardua labor de estos teldenses obtuvo rápidamente numerosos reconocimientos de la comunidad educativa, intelectuales de muchos campos e incluso de equipos pedagógicos del mismo Gobierno de Canarias. En palabras del sociólogo y miembro de Veredas, José Carlos Martín Puig Por primera vez en la historia de la educación en Canarias un municipio tomó por bandera hacer cultura, revalorizar nuestras señas de identidad y llevarla al corazón mismo donde se forjaban las generaciones futuras, la escuela.” 
  
Pero el proyecto se complica cuando en el 2003 llega al gobierno municipal el Partido Popular con el apoyo de AFV-CIUCA. En cuatro años la financiación se vió ampliamente mermada, Veredas se queda con tan sólo dos monitores y gracias al apoyo de la comunidad educativa teldense y las AMPAS el proyecto sobrevive. Con la llegada en 2007 del nuevo gobierno de Nueva Canarias, el proyecto vuelve a tomar impulso con la firma de convenios que amplían el ámbito de actuación de Veredas a diversos barrios y formación de valores con un centro abierto por las tardes y con cinco monitores más. Volvieron los reconocimientos e interés por extender la iniciativa a otros municipios del país. El Cabildo grancanario mostró su interés por convertir a Telde en la sede de la formación de monitores de esta área. Los conservadores de la Cueva Pintada, señalaron a Veredas como un proyecto de gran calado, solvencia y rigurosidad metodológica. Investigadores, artistas, escritores, científicos, arqueólogos, folcloristas apoyaron y colaboraron con el Proyecto Veredas.

Con la nueva arribada del Partido Popular al gobierno de Telde la incertidumbre volvió a ceñirse sobre el Proyecto Veredas. Como era de esperar la crisis sería la excusa perfecta para erradicar un proyecto de estas características como tantos del ámbito educativo. Desde los miembros de Veredas se recuerda que mientras se deja morir a Veredas, el consistorio ha invertido en cuestiones de dudosa necesidad  como viajes a Corea y la contratación de cinco periodistas como asesores por más de 200.000 euros. Hechos que muestran las verdaderas prioridades el gobierno municipal.

José Carlos Martín comentó al respecto que "Veredas le quedaba grande a quien concibe la canariedad como una mezcla barata entre gofio, romería y el somos costeros, respetable, pero insuficiente y grotesco para una gran ciudad como Telde. Con Veredas no sólo se pierden empleos, se pierde aún más prestigio, se pierde una iniciativa educativa que, por pedigrí, hubiera encontrado patrocinador sin mucho esfuerzo, pero eso es mucho pedir para quien sólo calienta un sillón.” 


Toca reflexionar no sólo sobre el silencio de la prensa y la sociedad, sino también por la valentía y tesón de los profesionales y ciudadanos que han impulsado un proyecto de las características de Veredas. La pelota ha estado, durante catorce años, en el tejado del poder. No obstante, han optado por el pasivo ‘correcto apartheid’ de la canariedad en la educación. Con una autonomía de más de tres décadas, que brinda más de un 30% de competencias en materia educativa, Canarias sigue negándose así misma.