El Gobierno de España sigue adelante con su locura de extraer el petróleo de las aguas canarias tras la autorización de las prospecciones petrolíferas a la multinacional española Repsol. Como una despiadada apisonadora pasan por encima de los intereses y supervivencia de todo un pueblo, el canario, en defensa del interés de una multinacional. Todo ello, eso sí, tras proteger sus aguas y costas mediante la expresa prohibición de estas mismas prospecciones en aguas de Valencia y Baleares. Y es que el turismo y medio ambiente español es una cosa, y el de estas islas africanas otra muy distinta, por mucho que sean hoy nuestro motor económico exclusivo.
No es la primera vez que los intereses del España y sus multinacionales pasan por encima de los de nuestro país. Pero lo grave en esta ocasión es la gravedad del asunto, comprometiendo de manera irreversible nuestro medio ambiente y frágil economía basada en el turismo. Padeciendo Canarias unos índices de paro y miseria de los mayores de la UE, por encima de la media española, debe además correr con todos los riegos de la aventura expoliadora y colonial española, para eso están los territorios de ultramar...
Ante esta agresión directa, con recochineo incluido al ser aprobado en la víspera del Día de Canarias, desde este humilde espacio en la red queremos antes que nada felicitar y mostrar nuestra admiración por esos miles de ciudadanos canarios activistas que en todas las islas y en el extranjero llevan años movilizándose para luchar contra este disparate. Y lo más importante, queremos hacer un llamamiento a la participación, a la movilización de todos los ciudadanos canarios y extranjeros amigos de nuestro país. Pero, sobre todo, a la unidad, diferencias aparte, en esta lucha de todos y todas para salvar nuestro país canario de este atentado.
Entre todos podemos ganar esta batalla histórica, pero necesitaremos compromiso, trabajo, inteligencia y constancia. Nuestros antepasados, y sobre todo nuestros hijos y descendientes nos miran, la historia nos contempla, estemos a la altura. Así podremos estar orgullosos en el futuro de haber luchado en bloque como pueblo que asume su responsabilidad con madurez y dignidad. Que construye su propio futuro sin yugos externos.
Es una cuestión de soberanía, de respeto.