Interesante reflexión sobre las fuentes de las que bebe la identidad canaria y la necesidad de integrarlas como fundamento base de la resistencia a la dominación del capitalismo colonial. Un pensamiento autocentrado necesario para entendernos a nosotros mismos y nuestra realidad nacional.
René Behoteguy Chávez*. El gran pedagogo y mejor ser humano Paulo Freyre solía decir “el mundo no es, está siendo”, desde esta perspectiva la cultura de los pueblos y la identidad derivada de ella no es un hecho inamovible y rígido sino un producto en constante transformación que se va construyendo a lo largo del tiempo y se nutre de distintas fuentes las que en todo caso, no están al margen de la influencia de la dominación política y económica que las determinan, aunque tampoco de los procesos de resistencia cultural popular que combaten dichas hegemonía.
Es así que las
fuentes de las que bebe la identidad canaria son múltiples y variadas y pueden
agruparse en cuatro vertiente fundamentales; la herencia amazigh prehispánica, la influencia castellano-europea proveniente de la conquista e implantación del
colonialismo desde el siglo XV hasta nuestros días, la influencia de América Latina por los viajes de ida y vuelta entre Canarias y los
países latinoamericanos (Cuba y Venezuela fundamentalmente, aunque también
Uruguay, Argentina, Puerto Rico o República Dominicana entre otros) y,
finalmente la llegada de inmigrantes de otras latitudes (indios, chinos,
latinoamericanos y africanos) presentes en Canarias desde hace mucho tiempo por
su condición de puerto de contacto entre diferentes continentes pero, acrecentada
notablemente en los últimos 20 años y que ha influido también en la cultura
canaria.
No obstante, la
dominación cultural, política y económica ejercida desde lo occidental y su
discurso eurocéntrico producto de la dominación de Europa sobre el resto del
mundo en general y sobre Canarias en particular a partir de los procesos
colonizadores, han influido en: por una parte resaltar y potenciar los rasgos
culturales de lo castellano-europeo, como el modelo a seguir y signo de
“civilización, modernidad y futuro”, a la par que se reprimía, castigaba
y se trataba de desaparecer aquellos rasgos culturales de las demás
fuentes, fundamentalmente la originaria amazigh-africana y la latinoamericana,
calificándolas y significándolas ante la población como símbolos de
“salvajismo, atraso y pasado”. Este modelo de dominación cultural es la base
sobre la cual se ha justificado e implantado el colonialismo en Canarias y en
el mundo desde la conquista hasta nuestros días, en que pervive en su forma
imperialista. Es decir el poder constituido intenta convencer al pueblo de que
lo único valioso de su cultura es lo que los acerca al ideal occidental-europeo
y que el resto solamente puede pervivir de manera superficial y folclorizada
pero, de ninguna manera, como fuente de conocimiento y construcción de
identidad.
"El poder intenta convencer de que lo valioso es lo occidental-europeo y el resto puede pervivir de manera folclorizada, de ninguna manera, como fuente de conocimiento y construcción de identidad".
De igual manera
a partir del incremento en la llegada de inmigración desde los países
empobrecidos del mundo a finales de los años 90, producto de la
implantación a escala global del neoliberalismo, el discurso del poder
irradiado desde los medios de comunicación, ha sido tendente a criminalizar y
estigmatizar a los inmigrantes generando miedo y xenofobia en una población
como la canaria por tradición abierta y acogedora con los de afuera. Está claro
que el objetivo ha sido que los canarios y canarias, antes que identificarse
con personas que venimos de países colonizados y oprimidos como lo es Canarias,
rechacen dicha inmigración desde una supuesta pertenencia identitaria y
cultural a una Europa en la cual Canarias no encaja ni con calzador. Ni
por sus formas culturales, ni menos aún en sus indicadores sociales y
económicos que la acercan más a los países empobrecidos que a Suecia o Alemania
por ejemplo.
En resumen, la dominación
ideológica colonial lo que hace en Canarias es resaltar la fuente de identidad
Castellano-europea y ocultar, reprimir o en términos de Manuel Alemán,“neblinar” las
fuentes originario amazigh-africana, latinoamericanas y el aporte de las
poblaciones migrantes, de esta manera han incidido en que un importante sector
de la población canaria no solamente desconozca, sino que niegue y rechace los
rasgos de su cultura que lo emparentan con los pueblos saqueados y
empobrecidos, a la vez que abrasa y exalta la ideología de quienes lo oprimen y
sojuzga justificando así sus propias cadenas. Es así que, la
necesaria liberación cultural del pueblo canario, pasa por armonizar sus
diversas fuentes de identidad, para eso será fundamental potenciar aquellas
fuentes que han sido negadas por el colonialismo.
"La liberación cultural del pueblo canario, pasa por armonizar sus diversas fuentes de identidad, para eso será fundamental potenciar aquellas fuentes que han sido negadas por el colonialismo."
Interculturalidad
e Intraculturalidad
Los grandes artistas César Manrique y Luis Morera son ejemplo perfecto de la necesidad de conocer y amar la cultura canaria para tener una proyección sinceramente universal. |
En alguna ocasión hablando sobre la necesidad de
fortalecer la interculturalidad en la educación en Bolivia con el sociólogo y
entonces Ministro de Educación Felix
Patzi, me dijo que, era difícil pensar en dialogar,
valorar y entender a otras culturas si no se valoraba, respetaba y entendía
primero la propia, por lo que la interculturalidad requería a la vez de procesos de intraculturalidad.
Esta reflexión válida para cualquier
pueblo que ha sufrido los efectos nefastos del colonialismo, se hace
fundamental en el caso de Canarias, porque en esta tierra como probablemente en
ninguna ha existido una intención abierta y eficaz de borrar de la memoria del
pueblo su propia historia, tanto la referida a sus costumbres cotidianas, como
aquella que hace referencia a sus luchas y reivindicaciones.
En el
sistema educativo en ninguno de sus niveles se enseña la historia de Canarias,
no se dice nada sobre la vida cotidiana del pueblo canario anterior a la
conquista castellana, ni sobre su lucha de resistencia contra la invasión, no
se dice nada de los alzados que permanecieron por largos años resistiendo en
las cumbres de las islas, ni de sus luchas sociales y obreras, nada se le dice
a los jóvenes de Secundino
Delgado y su vinculación con las luchas por la libertad y
la justicia en Canarias, Cuba y Venezuela. No se menciona a los que enfrentaron
al fascismo en la gloriosa Semana
Roja de La Palma, ni de los miles
de asesinados por el franquismo. Ni en el cole, ni en el insti jamás se
menciona la épica fuga del Corredera, ni a los fusilados de San Lorenzo, no se
denuncia la bala asesina que le perforó el pecho a Bartolomé García Lorenzo,
ni la dignidad de los portuarios en las poderosas huelgas que montaron en la
etapa de la transición. Es como un intento denodado por arrebatarle al pueblo
canario referentes culturales, históricos y sociales que le permitan entrelazar
las luchas de hoy con la herencia del pasado, es por eso que siempre se tiene
la sensación de estar comenzando a construir, de que queda todo por hacer
todavía.
"En esta tierra como probablemente en ninguna ha existido una intención abierta y eficaz de borrar de la memoria del pueblo su propia historia.(...) Es por eso que se tiene la sensación de estar comenzando a construir, de que queda todo por hacer todavía."
Lo mismo pasa con el
arte y la literatura, campos en los que pareciera que, una persona de estas
islas, para tener reconocimiento debe tenerlo primero en España. Se reconoce a Pérez Galdós, pero poco o nada se estudia a García Cabrera o a Millares,
Felo Monzón en la mente de los jóvenes es un Instituto más que
un pintor y Pedro Guerra es conocido bastante por su producción solista en
España y muy poco por el Taller
Canario cuya música era más interesante y enraizada, son
solo algunos ejemplos de la colonización artística y cultural que nos convence
de que somos periferia de un centro lejano y ajeno pero simbolizado como
referente.
Resistencia,
Cultura Popular y Antiimperialismo
Jóvenes de Azarug hacen un llamado a la defensa de la cultura canaria desde las Ferias de Abril que como una plaga se ha extendido generosamente apoyada desde las instituciones autonómicos. |
Vivimos tiempos difíciles para
las culturas del mundo, la globalización imperialista del capital amenaza
bajo el influjo de la dictadura del mercado con arrasar con pueblos y culturas.
El ideal que persigue la oligarquía capitalista mundial es construir un
mundo donde todo se organice en torno al consumo, en este sentido, las
multinacionales traban a diario para que todos y todas vistamos igual, comamos
la misma basura, escuchemos el mismo tipo de ruido vendido como música, nos
riamos de las mismas insustanciales películas; en fin la paradoja de un mundo
económicamente absolutamente asimétrico pero culturalmente lo más homogéneo
posible. En este sentido no es casual que los mismos políticos criollos que
advierten del “terrible peligro” de la inmigración y su influencia en los
cambio culturales en Canarias, defiendan, por ejemplo un modelo de turismo
depredador de paisajes y culturas que ha convertido pueblos enteros de
las islas en territorios cuya única bandera es el consumo y cuya arquitectura,
locales de ocio y tiendas, son asimilables a cualquier lugar turístico del
mundo, una vez borrada cualquier seña de canariedad que no sea puramente
decorativa.
"El ideal que persigue la oligarquía capitalista mundial es construir un mundo donde todo se organice en torno al consumo."
Ante la homogeneización cultural y la asimetría
económica impuesta por el capital, los pueblos resisten, y lo hacen combinando
la lucha política por la preservación de sus paisajes y la recuperación de sus
recursos naturales, con una lucha más silenciosa y cotidiana, la de negarse
sistemáticamente a renunciar a los rasgos culturales propios y más bien,
reconociéndose en el encuentro con las culturas del planeta para
construir identidades dinámicas, incluyentes pero de raíz profunda. Sin embargo hay que reconocer la complejidad de
este proceso, porque no es posible acabar con las cadenas del colonialismo en
una sociedad, sin que primero se destruyan las cadenas del colonialismo mental,
porque los modelos de exclusión e injusticia, el eurocentrismo y los sistemas
de dominación y jerarquía implantados en las mentes por años de alienación
cultural colonial, están presentes aún en gente perteneciente al campo nacional
canario. No solamente se trata de liberar, sino de liberarse.
"Ante la homogeneización impuesta los pueblos resisten, y lo hacen combinando la lucha política con una lucha más silenciosa y cotidiana, la de negarse a renunciar a los rasgos culturales propios."
Desde esta percepción
la lucha de resistencia cultural popular en Canarias pasa por incorporar en el
constructo identitario un discurso claramente antimperialista que permita que el pueblo canario se refleje y
encuentre a si mismo, en su mundo de profundos lazos con los pueblos del sur
del planeta con quienes comparte y seguirá compartiendo historia, saberes,
luchas y esperanzas.
(*) René Behoteguy Chávez es
miembro del Secretariado Nacional de Intersindical Canaria.