17/7/09

¡Que orgullo ser español siendo canario!

Un viejo artículo sacado de la gaveta de los recuerdos que no esta nada mal. Una serie de textos históricos, unos más conocidos que otros, donde queda patente las diferencias históricas entre los canarios y los españoles. Especialmente dirigidos a aquellos canarios se sientan españoles y lo orgulloso que deberían estar por no serlo.

[Emigrantes isleños en Venezuela rindiendo homenaje a la Virgen de Candelaria ataviados con trajes tradicionales]

- Juan Pino Díaz. Carta al director de El Guanche. La Habana, 28 de Octubre de 1924.

Los españoles, mientras la Isla fue de España, no nos consideraron como sus iguales; si acaso, como españoles de tercera clase, utilizables en determinados momentos. Nos miraron desde las alturas de su vanidad y de su equivocado patriotismo. Nunca vieron en nosotros a sus hermanos de nacionalidad y sí a gentes nacidas en unas islas pertenecientes a España.

Allá por los años del 78 al 79, venían contratados a Cuba, cientos y cientos de canarios, que abandonaban la Patria a impulsos de la miseria y el hambre, trayendo unos a sus familiares, y dejándolas otros en espera de recursos. A la cabeza de los contratantes, al frente de los infames que sustituyeron a los negros esclavos con los canarios contratados, figuraba el siniestro Conde de Ibáñez, prominente español, Excelentísimo Señor, Presidente del Círculo de Hacendados; en suma, todo un caballero feudal en las postrimerías del siglo XIX, ante el que se inclinaba la Justicia con sus esbirros de todas clases y cataduras, haciendo inútil y peligrosa la queja y la protesta contra todas sus desvergüenzas y rapacidades. Se trató a los canarios como africanos y no como españoles; se les trató como a siervos, como a parias; se les explotó miserablemente; se les vejó, se les castigó, se les robó el exiguo producto de un penoso y duro trabajo en los ingenios; no hubo siquiera respeto para la honra de sus mujeres y sus hijas; a la llegada a puerto de los núcleos de inmigrantes contratados se desarrollaron escenas y se cometieron fechorías que no quiero recordar, aún habiendo necesidad de que las sepan esos canarios españolísimos...

Cuando en 1906 se creó la actual Asociación Canaria, ello se vio con disgusto, con mal contenido desagradado por no pocos figurones de la Colonia española, que estaban complacidos viéndonos a la cola, sin representación regional y obligados a ir a las Quintas de sus Centros, Centros en los que teníamos deberes y no derechos. Cuando comenzaron a formarse delegaciones en los pueblos del interior, la cólera de muchos españoles se exteriorizó, dificultando y obstruccionando nuestra labor [...] Allí, en aquella zona que a los canarios debía su prosperidad y su riqueza, un grupo importante de españoles, comerciantes, empleó toda clase de medios para impedir que se formase una Delegación de la Asociación Canaria. Y allí, en Camajuaní, fue donde otro grupo dignísimo, compuesto de canarios, patriotas, teniendo al frente al cívico y resuelto Tomasón, supo castigar la audacia entorpecedora y la pretensión absurda y ridícula: se boicotearon los comercios de los infatuados españoles, ningún canario iba a sus tiendas, ningún hijo suyo llegaba a los mostradores; la venta diaria disminuía y disminuía... Al fin, los españoles capitularon, declarándose vencidos. Y aunque hipócritamente, acabaron por aceptarnos, y hasta nos dieron unos puestecitos en la Directiva de La Colonia."

- Carta de Don Benito Pérez Galdós a Don Fernando León y Castillo. 19 de Enero de 1902.

Mi querido D. Fernando: ya sabes que Weyler relevó a mi hermano de la Capitanía General de Canarias. El motivo no ha sido otro que dar gusto a los militares que allá se han empeñado en tratarnos como a raza inferior. Lo que hay es que en nuestra provincia, que antes de la pérdida de las colonias era la última en la jerarquía administrativa y territorial, ahora ha venido a ser la primera. Pero nuestros hombres de Estado, que por lo visto carecen del don de hacerse cargo, no lo han comprendido así todavía, y Canarias, en el pensamiento de estos señores, continúa aún en las antípodas. Que allá se manda lo peor de cada casa bien a la vista está, que nos tienen por...cubanos o cosa así, también está demostrado por la conducta despectiva y arrogante del elemento militar. Entre febrero y marzo pienso volver a ese gran París, donde entre otras ventajas y dulzuras tienen uno la de descansar de ser español”.

- Cayetano Rodríguez M. La Guaira, 29 de Enero de 1898.

“Todos los días llegan a este puerto canarios lamentando las crueles medidas tomadas por el gobierno español; y los cuales trasplantan bienes que dan con ellos pruebas inequívocas que por ele peso del yugo tienen que abandonar su nativo suelo”.

- Los isleños en Cuba, de José Martí.

Ni es raro que el hijo de Canarias, mal gobernado por el español, ame y procure en las colonias de España la independencia que por razón de cercanía, variedad de orígenes, y falta de fin bastante, no intenta en sus propias islas. Míseras viven, sin el regalo y alegría con que pudieran, las poéticas Canarias; y no cría bajo español aquella volcánica naturaleza más que campesinos que no tienen donde emplear su fuerza y honradez, y un melancólico señorío, que prefiere las mansas costumbres de su terruño a la mendicidad y zozobras de la ingrata corte. ¿Qué ha de hacer, cuando ve el mundo libre, un isleño que padece de l dolor de hombre, que no tiene en su tierra nativa donde alzar la cabeza, ni donde tender los brazos?”.

- Carta prólogo de Fidel Castro.

“Cuando Cuba era colonia de España, y Canarias estaba considerada parte de la metrópoli, nunca se les ocurrió a los cubanos incluir a los canarios entre sus dominadores. El canario fue por excelencia el más humilde de los inmigrantes. Él no marchó a cuba en plan de opresor o explotador. Vino a trabajar y a luchar a nuestro lado, ayudó a forjar el país con su laboriosidad proverbial, sufrió con nosotros, combatió, creó una gran familia, y se dignificó también al fin, junto a todo el pueblo, en la patria libre y revolucionaria de hoy”.

Me pregunto: ¿hoy en día es distinto?.

Azeru