“Desarrollo y subdesarrollo de la economía canaria” es un título casi mítico en los estudios económicos del Archipiélago. Los autores son los economistas Antonio González Viéitez y Oscar Bergasa Perdomo. Ambos con un amplio curriculum profesional. Oscar Bergasa Perdomo es profesor titular de Economía en la ULPGC, fue consejero de la Comunidad Autónoma de Canarias y diputado en el Congreso español. Antonio González Viéitez por su parte, es profesor de economía en la ULPGC y miembro de la Academia Canaria de la Lengua. Fue consejero de política territorial de Gobierno de Canarias y diputado en el Parlamento de Canarias por Coalición Canaria. Podríamos considerar a Antonio González Vieitez uno de los ideólogos de la antigua ICAN y posteriormente de Coalición Canaria. Sobre los autores es evidente recalcar que no son independentistas, pero esto no le quita valor a la obra en sí, ni a la notable formación académica de los autores.
Es un trabajo básico para introducirnos en la historia de la economía canaria de estos últimos cinco siglos y conocer sus profundas debilidades y características más acusadas. A pesar de haber sido redactada en pleno régimen franquista, cuya primera edición se remonta a 1969, supone una obra pionera en las islas en el campo del análisis social crítico. La obra se inscribe en la ruptura cultural e ideológica con el páramo intelectual del franquismo. Las soluciones propuestas se esperaban imponer bajo un sistema democrático y une status de autonomía del Archipiélago, sin embargo no fue así. Y es que aunque podemos decir que el sistema democrático formal y la autonomía se han consolidado, también lo es que el turismo masivo se impuso como nuevo monocultivo económico, y con él, el incremento de la dependencia exterior. La dependencia económica y política de Canarias hace inútil cualquier intención de consolidar una economía sólida y equilibrada. “La economía canaria es frágil y dependiente. Y que desechada la independencia económica (la autarquía) la estrategia de cualquier política económica sensata ha de ser transformar la dependencia en interdependencia y la fragilidad en solidez”.
El libro consta de 9 capítulos, y en la edición de 1995 tiene notas para su actualización. Comienza con una introducción histórica a la economía isleña haciendo hincapié en los orígenes de la distribución de la propiedad, tierras y aguas. También en las franquicias y las distintas etapas de la economía nacional desde el siglo XV. “Una de las principales características de la economía canaria fue su irregularidad”. Posteriormente indaga en los factores económicos del país, la infraestructura de la “región” canaria, demografía y los altos índices de analfabetismo tradicional en nuestro Archipiélago. La Agricultura y su bicultivo tradicional así como las necesarias transformaciones y planificación de la producción. El pírrico sector industrial y sus problemas, el espectacular desarrollo del sector servicios, el sector exterior y las instituciones. En el último capítulo se exponen las conclusiones y propuestas que son de especial interés para reflexionar sobre el pasado y futuro económico del Archipiélago. La obra concluye con una “Petición de principios”, mediante planes de desarrollo y de gestión, que propone un cambio político frente al franquismo del momento. La transformación agrícola es otra necesidad; “La reforma de la propiedad de la tierra, la insularización del agua, la planificación y ordenación de nuestras tierras de cultivo y de nuestras producciones y la mejora radical de nuestras redes de comercialización y distribución”. También se alerta de lo que sería la masiva depredación del territorio por un desarrollo urbano totalmente desordenado; “La transformación de la agricultura canaria y la distribución óptima de sus recursos, según zonas, cortaría el peligroso proceso de macrocefalía (Urbana) que se ha generado últimamente en el región” (…)” La macrocefalía, que además de impedir el desarrollo de un marco social auténtico a la escala del hombre, produce serios estrangulamientos económicos de todo tipo. (…) “A largo plazo se vuelve contra las auténticas necesidades de la colectividad y que a corto plazo acelera la propensión hacia la concentración demográfica y productiva, confirmándose con ello un patrón de distribución poblacional que será difícilmente reversible en el futuro”. Es fundamental contar con un sistema agrario amplio y dinámico y además indagar en sus posibilidades de industrialización. En esta profundización hacia a la industrialización se puede empezar por el sector pesquero con enormes posibilidades (en la actualidad sin acceso al banco pesquero canario-sahariano esta propuesta no es posible). En lo que respecta al sector servicios se recuerda que “el pueblo canario no ha protagonizado en ninguna forma dicho proceso, simplemente se ha plegado a él, intentando obtener los mejores resultados, cada cual desde sus perspectivas particulares y de su condición de clase”. No sólo se puede depender del turismo. Para nosotros un aspecto también fundamental es lo que los autores denominan “Regeneración moral” de la sociedad canaria y que hace referencia a una inversión cualitativa en la preparación del canario (educación e investigación) y al cambio político (autonomía y democracia). “Es necesario atender a la enseñanza y a su nivel de cultura, raciocinio y comprensión. (…) La enseñanza es la inversión más rentable que desde el punto de vista de la sociedad pueden hacer los habitantes de estas islas para hacerlas realemente afortunadas. (…) La investigación la vemos encauzada a transformar las condiciones naturales concretas que rodean, limitan y condicionan el progreso de las Islas”.
Desarrollo y subdesarrollo de la economía canaria no es una obra independentista. Los autores aunque defienden la diversificación y económica el desarrollo sostenible, lo hace dentro de parámetros dependentistas y capitalistas. Sin embargo en la reedición de 1995 en sus notas de actualización reconoce que la Autonomía y la democracia no han sido suficientes en muchos aspectos, aunque haya habido mejoras de importancia. Y es que la inexistencia de una soberanía, de un estado propio, nos imposibilita establecer nuestros propios parámetros de desarrollo económico en función a nuestros intereses económicos como pueblo. La historia económica de Canarias, nuestros intereses económicos siempre tan diferentes a los de España (Hecho diferencial), están ahí para recordárnoslo. Las idealizadas franquicias, las especificidades fiscales, las instituciones locales y autonómicas…son simples parches al caro coste de la españolidad de Canarias.
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