La agricultura como el sector energético son claves para construir la soberanía de un país. El españolismo consciente de ello ha actuado en consecuencia desde el poder. No es casual que Canarias dependa casi en absoluto del exterior para autoabastecerse.
MARÍA
JESÚS HERNÁNDEZ. La Opinión. El
sector primario ha experimentado en las últimas décadas un descenso importante,
tanto en población activa como en superficie de cultivo. Por el contrario, el
nivel sociocultural de los agricultores y ganaderos ha crecido de forma
exponencial junto con los avances tecnológicos y formativos. Así define Rafael
Hernández, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y
Ganaderos en Canarias (COAG), el presente de un sector para el que dibuja
"el autoabastecimiento" como meta de futuro.
"La sociedad, los agricultores y las
administraciones debemos avanzar en la misma dirección para cubrir nuestras
necesidades alimentarias con la producción local, que ha caído
considerablemente con los millones de euros que se han destinado a subvencionar
lo que viene de afuera. Ahora, tenemos la imperiosa necesidad y la oportunidad
de darle la vuelta a esta situación. Necesitamos más agricultores, más
ganaderos, mas producción local para autoabastecernos, lo que nosotros llamamos
soberanía alimentaria. Si queremos una Canarias con menos paro, la agricultura
se perfila como un tremendo yacimiento de empleo". Hernández propone trabajar codo a codo para
alcanzar una agricultura sostenible, desde el punto de vista económico, social
y medioambiental. "Eso tiene un precio, pero es más barato que gastar
millones de euros en importar alimentos sin saber en qué condiciones se
producen. Además, se debe primar la salud, y eso no se puede alcanzar sin tener
una producción local".
La diversificación de la producción es otra de las
necesidades de futuro que apunta el presidente de la COAG. "Ya nos hemos
dado cuenta que los monocultivos en la agricultura nos ha llevado a errores.
Canarias dispone de un territorio con microclimas y áreas en las que podemos
producir todo lo que necesitamos para comer, los 365 días del año",
indica. Para convertir dicho objetivo en realidad, propone
poner en manos de los interesados información, herramientas comerciales y
estructurales. Hernández insiste en que Canarias debe tener claro que hay un
precio mínimo, por debajo del cual, cuando se compra un determinado producto
agrícola, "se está destruyendo" empleo y calidad. "Hay
empresas que se dicen llamar canarias, incluso empresas de distribución, que lo
que están haciendo es cepillándose a los agricultores del Archipiélago, tomando
decisiones nocivas para la tierra, con ofertas de esto o de lo otro. Existen
algunas excepciones de cadenas que trabajan codo a codo con los agricultores,
pero la mayoría dejan mucho que desear".