La selección
española vence a Canarias por la mínima tras un penalti dudoso
que además fue lanzado por un canario usurpado por la ‘roja’. Un simple partido
de fútbol refleja tanto…juzguen ustedes mismos.
BlogNaciónCanaria. En el marco del
Torneo Atlántico se disputó el pasado miércoles 30 de enero el partido entre la
Selección Canaria sub 18 y su homónima española en el Campo de fútbol de Las
Coloradas (La Isleta, Las Palmas de Gran Canaria). A pesar de que “casualmente”
coincidió con el Barça-Madrid contó con la asistencia de una nutrida afición. Hecho que es norma general cada vez que juega un encuentro la Selección de nuestro país donde los medios de comunicación apenas se hacen eco del mismo -en este caso nos podemos incluir nosotros mismos-.
Tras haber empatado
Canarias frente a Portugal la jornada anterior, los isleños lucieron un juego
dinámico y vistoso con detalles de calidad constatando la vigencia del estilo
canario. Un dominio del juego en corto acompañado de incursiones ofensivas
construidas desde atrás, poniendo contra las cuerdas a ‘la roja’. Canarias se
mostró superior tanto en el número de ocasiones como en la posesión del balón.
En el segundo tiempo se pitó un dudoso penalti
favorecedor del combinado europeo. Y es que parece claro que el árbitro se cebó
con el combinado africano, repartiendo cartulinas amarillas, y hasta una roja
del todo desproporcionada en un encuentro que se suponía amistoso, lo cual originó
un fuerte rechazo desde la grada. Pero claro ¿Como vamos a permitir que una selección 'regional' y africana gane a los 'campeones del mundo'? Fruto de dicho penalti se marcaría el tanto
español, obra de, para más inri, una
joven promesa canaria vestida de roja: Sandro. Y es que ni siquiera en el ámbito dejamos de pagar el elevado precio que nos cuesta la pertenencia al reino de España; los mejores jugadores canarios están obligados a
vestir la camiseta roja, a pesar incluso de la inconformidad manifiesta de
muchos deportistas con esta normativa. No obstante el delantero gracanario tuvo el detalle de no celebrar el gol, agachó la cabeza y unió las palmas de
sus manos en forma de disculpa, gesto agradecido por la afición canaria.
Humillante exclusión de un himno propio a nuestra selección y reflexión
Es tan curioso como
humillante que a los jugadores canarios les impongan el himno español cuando
juegan con otros equipos, cosa incomprensible cuando Canarias dispone de “himno
oficial”. Y así fue, una vez más y aún jugando contra el combinado rojigualdo tuvieron que soportar un himno extranjero como si fuera propio.
El encuentro demostró una vez más dos cuestiones
importantes. En primer lugar las contradicciones que vive una selección, y unos
deportistas que la dependencia condena a una nulidad asfixiante. Una negación
de la oficialidad que condena al deporte canario a la condición de subalterno subordinado
a los egoístas intereses del deporte español. Es decir, el potencial deportivo
de nuestra juventud sólo sirve para engrandecer las glorias deportivas hispanas
mientras Canarias se le prohíbe mostrarse al mundo con ele efecto psicológico
dominador que ello implica de una nación sobre otra. En segundo lugar ha
quedado demostrada una vez más la potencialidad competitiva que entraña nuestro
país en varias disciplinas deportivas, no teniendo nada que envidiar a los deportistas
y selecciones deportivas de otros países, como España, consolidados en la élite
del deporte internacional. Es importante que nuestra sociedad vuelva a
recuperar su orgullo y conciencia en relación a su potencial deportivo. Como
nota positiva recordar que el encuentro contó con la presencia de miembros del
grupo de animación de la selección "Alzadas
Canarias" acompañados de activistas de distintas asociaciones que
compartimos conciencia nacional, contribuye sin lugar a dudas a acercar en el
tiempo el objetivo de la participación internacional de las selecciones y
deportistas canarios.
Fuente: Soberanistas de Izquierda.
Imágenes del partido de Canarias-Francia que prueban la habitual exclusión del "Himno canario" oficial y se impone de manera asfixiante el español. Lo que en otros países, incluyendo los que no tienen estado, sería un escándalo aquí pasa desapercibida.