El Carnaval, esa fiesta de
tanto arraigo en este país y que siempre han intentado exterminar y
posteriormente vaciar de contenido popular. Quizás hoy sea el de Las Palmas de
GC el principal ejemplo de ello. Pero sin duda las murgas conforman el ámbito que mejor
conserva esa esencia popular con todas sus contradicciones. Decimos esto porque aún no son pocas
las que persisten con la casposa y desfasada matraquilla contra la isla de al
lado y la exaltación homófoba. Pero por suerte ya no es extraño disfrutar en
nuestros carnavales de murgas realmente consecuentes y responsables con la
problemática social y nacional de Canarias. Que disfruten de los chicharreros “Diablos
Locos” y su pedazo de letra.