19/11/11

Circo electoral donde todos ‘defienden a Canarias’

[El presidente de Españistán visita la colonia con el virrey J.M. Zzoria...]



Se acerca el 20-N de Elecciones Generales en el Estado Español, como si de un homenaje se tratase, coincide con el aniversario de la muerte del dictador español Francisco Franco. En un marco de grave crisis capitalista donde el PSOE maniobró en defensa de las políticas neoliberales y antisociales perjudicando a la mayoría de la sociedad, es más que predecible la próxima y rotunda victoria del PP que posiblemente alcance la mayoría absoluta. Así es la democracia a la española, sólo es posible elegir entre dos partidos monárquicos en un consolidado bipartidismo a imitación del sistema norteamericano. La democracia en el Estado Español es limitada en buena parte por su especialmente diseñada Ley Electoral, aunque la implantada en Canarias la supera con creces.
En nuestro país hasta el PP y PSOE se autoproclaman máximos defensores de los intereses canarios en Madrid, apropiándose así del único programa de Coalición Canaria y Nueva Canarias. Ahora los regionalistas van de la manita después de todo el teatro montado estos años por diferencias personales e insularistas, que no ideológicas. Sobran palabras para describir, no sólo el carácter españolista y caciquil de los regionalistas de CC y NC, sino la falta el respeto diario al pueblo canario con la manipulación de lo que significa ‘nacionalismo canario’ y lo que son los ‘intereses canarios’ que ellos asumen como los de sus propios bolsillos. Hablando de todo un poco, tenemos que hacer mención a la coalición conformada por partidos españoles como Izquierda Unida y Sí Se Puede denominada Canarias Verde y Roja y que se autoproclama, y sin despeinarse, la ‘izquierda plural’. Es tan plural que excluyen todo derecho nacional de nuestro pueblo, evitando así abordar la verdadera situación de Canarias sometida a un capitalismo colonial. Se enperretan en integrarnos con calzador en la crisis de España cuyas consecuencias no son comparables a la miseria que hay aquí y ahora, y que demanda soluciones propias y no importadas desde Madriz. Una coalición de progres más a la izquierda del PSOE que, aunque se autoproclamen también ‘defensores de Canarias’ y sus clases populares, su máxima -y confesa- aspiración es contribuir a la construcción de una izquierda española que llegue a Madrid y desde allí nos soluciones los problemas sociales. En fin, nada nuevo bajo magec, más colonialismo. Nosotros, la izquierda nacional canaria, el movimiento nacional popular, defendemos y apostaremos siempre por nuestra soberanía y capacidad de solucionar nuestros problemas por nosotros mismos sin subordinación a mesías extranjeros. Apostamos por que nuestro pueblo asuma responsabilidades sin más tutelas y paternalismos hispanos, y eso significa que nuestros principios anticoloniales son irreversibles e innegociables.
[No es un montaje...la realidad es terca]
Desde la debilitada izquierda nacional canaria dos candidaturas se presentarán a las elecciones generales de España. Unidad del Pueblo (UP) y Alternativa Nacionalista Canaria (ANC) se concurrirán por separado, no sabemos muy bien por y para qué. No tenemos más remedio que mostrarnos críticos con esta opción que consideramos por ahora inútil y que sólo puede producir desgaste estéril. No hay ni condiciones ni necesidad de concurrir a estos comicios teniendo en cuenta el escaso peso de ambos partidos. En el camino de la construcción de un Movimiento nacional popular es vital abarcar todos los ámbitos de nuestra sociedad, que por suerte no se reducen al limitado ámbito electoral. Dicho ámbito es un campo perfectamente controlado por el poder con sus leyes especialmente diseñadas para perpetuar el estatus colonial con sus menceyatos caciquiles y su tripartito afín. Sólo con fuerzas importantes acumuladas en la sociedad canaria, que desgraciadamente hoy no poseemos ni por asomo, podríamos intentar esta singladura. Por suerte en el seno del movimiento de la izquierda independentista el debate está vivo y cuestiona la actual estrategia electoralista que reduce nuestra obligada labor de concienciación y construcción nacional a una rapiña de votos para cada cuatro años. Esperemos que, más temprano que tarde, el movimiento nacional popular se recicle como ya lo hizo en el año 2000 y avancemos, por poco que sea.


Despues del 20-N seguiremos construyendo nación y poder popular