23/2/08

Artículo de Francisco Javier González sobre el nacionalismo y las elecciones.


Artículo del histórico puntal del independentismo canario Francisco Javier González. Sin duda la experiencia de primera mano que comparte con todos nosotros nos será de gran ayuda para valorar más adecuadamente el contexto actual de nuestra lucha por la construcción nacional.


El independentismo y los procesos electorales españoles


La tan cacareada "unidad de los demócratas" en la lucha contra el franquismo, al menos aquí en Canarias, no pasó de ser una entelequia, ya que las posiciones consecuentemente nacionalistas fueron siempre excluidas de esta supuesta unidad. Para el PCE (Partido Comunista de España) –que hegemonizaba la lucha- y valga como ejemplo, el independentismo canario significaba una "desviación ideológica" y causa por la que bastantes militantes tuvieron que abandonar el Partido, como le sucedió a uno de mis tíos maternos, Luís, después de gozar holgadamente de la generosa hospitalidad que el franquismo le proporcionó en los "Salones de Fyffes" esperando cada noche que lo sacaran a pasear hasta el Barranco del Hierro. Luego, en el tardofranquismo, con todas aquellas "Juntas", "Plataformas" y "Platajuntas", apellidadas todas ellas de "Democráticas", los planteamientos independentistas siguieron proscritos y perseguidos gubernamentalmente con saña, sin que los autoproclamados "demócratas antifranquistas" se rasgaran ningún púdico velo político.

En las postrimerías de la dictadura española y en los momentos de la tan manida Transición los militantes del MPAIAC y del (Partido de los trabajadores Canarios)PTC –como luego los sindicalistas de la (Confederación Canaria de Trabajadores) CCT- fueron, en el mejor de los casos, sometidos a persecución policial y judicial y, en el caso peor, asesinados por la policía española, asesinatos que, justo es reconocerlo, afectaron también a militantes no independentistas como Antonio González Ramos. Hubo que –y otra vez en solitario- inventar mecanismos para defender a los presos y apoyar a sus familias como fue Solidaridad Canaria –y aquí se hace obligado el recuerdo de compañeros que han entrado en la dimensión del recuerdo como Julio Bastarrica, Hupalupa y Tomás Chávez- mientras que desde el PCE de José Carlos Mauricio se denunciaba a compañeros detenidos en Gando cuando salían hacia Monrovia para acudir a la OUA, o a los que en Tenerife secuestraban las banderas de Nelson, y los dirigentes del PUCC nos acusaban desde la prensa como "terroristas" al organizar la primera Semana Pro-Amnistía para los Presos Nacionalistas en Santa Cruz.
En medio de este panorama se puede entender que por el independentismo ni siquiera se pensara en participar en procesos electorales ni en el uso de las vías institucionales españolas, pero las lecciones que sacamos de los conatos de "propaganda armada" -que nunca llegó a ser "lucha armada"- nos convencieron a muchos de la necesidad de utilizar cualquier herramienta política que nos permitiera el colonialismo español. Así, frente a las Elecciones de 1977, presentamos a la legalización -condición sine qua non para participar- el Partido Revolucionario Africano de las Islas Canarias (PRAIC), casi al tiempo que las Células Comunistas y el PCC(p) (con Fernando Sagaseta, Gonzalo Angulo y Carlos Suárez), conjuntamente con sectores independentistas de Gran Canaria –sobre todo isleteros- presentaban (Pueblo Canario Unido) PCU . Los resultados fueron para PCU –que también por cuestiones de legalización que presentarse como agrupación electoral- de casi 18.000 votos, y para nosotros los frecuentes viajes que tuvimos que hacer por comisarías y juzgados porque el Punto 1º de los Estatutos planteaba que el objetivo del PRAIC eran la descolonización de Canarias, su constitución como Estado independiente y la opción por vías de desarrollo no capitalista.
En las elecciones siguientes, las de 1979, el PRAIC seguía sin legalizar, y PCU, que estaba inmerso en un proceso de confluencia múltiple, presentó candidaturas –recuerdo a Falero al Senado por Gran Canaria- que luego fueron retiradas cuando PCU se disolvió en el poutpurrí que fue la Coalición (Unión del Pueblo Canario) UPC formando un tutto revoluto de federalistas, autonomistas, autogestionarios, comunistas, cristianos, sindicalistas…. y una minoría independentista, y así fue como las Células Comunistas, el PSAC (formado por los restos del PSP de Tierno que no se fueron al PSOE), el PCC(p) (luego PRC), el PUCC (llamado luego MIRAC y aún más tarde Unión de Nacionalistas de Izquierda UNI), la Asamblea Canaria AC, la CANC y los restos del independentismo que, como el grupo "Tenique", aún permanecían críticamente en las bases de PCU, y coleccionando nombres como Gonzalo Angulo, Zumaquero, Arcadio Díaz Tejera, Bermejo, César Rguez Placeres, Carlos Suárez, Félix Casanova, Román Rguez, J. Mendoza, Paco Tovar, Oswaldo Brito, Pablo Ródenas, Melchor Núñez…. llevaron, con casi 60.000 votos, hasta el Congreso Español a Fernando Sagaseta, convirtiéndose en la tercera fuerza política en Canarias. Las diversas y divergentes trayectorias posteriores de cada uno, cada vez más alejadas del nacionalismo, dan la medida exacta de lo que fue aquella UPC con la que, al ver la imposibilidad de la legalización por los españoles, intentamos desde el PRAIC un acercamiento que, por el absoluto –y comprensible dada su composición- desinterés de los coaligados, no llegó nunca a avanzar. Fue esta mezcolanza la que precipitó la caída en picado de la UPC que, segregada la Asamblea Canaria, ya en las elecciones del 82 vio reducidos a la mitad los votos obtenidos y, aunque se mantuvo, ahora como cuarta fuerza en Canarias, perdió toda representación a nivel estatal.
Fenecida ya la UPC, el 1º de Mayo de 1986, el PRAIC, con parte de las antiguas Células Comunistas, de escindidos del PRC y de los llamados Colectivos Nacionalistas del antiguo PCU celebran en Tenerife el Congreso fundacional del (Frente Popular por la Independencia de Canarias) FREPIC-AWAÑAK, pero ni siquiera se llegó a debatir el tema electoral pues las elecciones de ese año estaban ya en puertas y no había posibilidades de legalizarlo para participar. El debate fundacional más intenso fue sobre la definición de Frente Popular, rechazándose darle carácter estrictamente de clase por la oposición frontal de los procedentes de los Colectivos Nacionalistas que, con Tomás Quintana a la cabeza, amenazaban con abandonar el proyecto, primándose así la definición nacionalista frente a la socialista a pesar de que los así definidos éramos mayoría. A mi juicio fue este, de marginar el carácter socialista en la constitución del Frente, el segundo gran error político cometido por el nacionalismo de izquierdas –el primero fue el opuesto, el marginar en PCU-UPC el carácter nacionalista- . En esas elecciones del 86 ya Asamblea Canaria y CANC-INC acudieron por su cuenta como formación autonomista que terminó como la Asamblea Canaria Nacionalista que llevaba a Zumaquero y Román Rguez., los comunistas de PCE con la parte de las Células que no entraron en FREPIC o que no formaron el PCPE, integran (Izquierda Canaria Unida) ICU, donde aterriza Vieitez, y que termina en ICAN. Es también el momento del lanzamiento de las AIC, tutti fruti de API, AHI, PIL… donde predomina ATI que lleva a Galván Bello hasta el Senado metropolitano con 52.000 votos que, por esos milagros que logra la mezcla de la Ley D’Hondt y las circunscripciones insulares, le permitieron llegar con bastantes menos que los obtenidos por Fco. Monzón de AP, o Domingo Guillen del CDS, aunque eso si, con 10 veces más votos que Gerardo Mesa o Ramón Jerez y 50 veces más que José Fco. Armas.
La primera presencia electoral de organizaciones declaradamente independentistas fue a instituciones de ámbito canario en las elecciones municipales y a Cabildos de 1987, en que el recién constituido -Congreso Nacional de Canarias- CNC se presenta en Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife –sacando un concejal en Arrecife- y el FREPIC solo en Tenerife. El debate ante esas elecciones fue muy duro dentro del FREPIC, hasta el punto de que la decisión de presentarnos provocó el abandono de la organización de gran parte de la militancia, debate reproducido ante las elecciones locales de abril del 91, en que CNC y FREPIC constituyen una fallida coalición –"Canarias por la Independencia"- que, aunque se pretendía fuera el inicio de un proceso de confluencia solo duró, y a duras penas, el tiempo del proceso electoral. En las estatales del 89, se presentan en Gran Canaria con antiguos militantes de MPAIAC y de PCU como "Siete Estrellas Verdes" mientras que FREPIC no puede presentarse porque los partidarios de la abstención ganaron el debate, que vuelve a reproducirse, pero más crudo ante las estatales del 93 -cuando la confluencia de los insularismos cuaja en la actual CC- en que no hubo presencia independentista, pero que costó otra vez y solo por el hecho de plantearlo, nuevos y sensibles abandonos en el Frente. Otra vez se presenta FREPIC a las estatales del 96 y una nueva ruptura sucede dentro de la organización, que ya debilitada se enfrenta posteriormente con otra crisis interna en la que los problemas de fondo eran, no tanto la presentación o no a las elecciones, como la propia definición y objetivos del Frente.
Posteriormente, en el 2004 –si descontamos la anécdota de AMAGA en el 2000- vuelve a presentarse una opción nacionalista a las elecciones estatales, (Alternativa Popular Canaria) APCA y, puestos ya en este 2008, hay tres opciones autoproclamadas independentistas que se presentan a las elecciones. Una de ellas, el Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario (MUPC), sin más definiciones ideológicas que las de Descolonización e Independencia, manifiesta que lo hace como medio de propaganda y concienciación independentista. Las otras dos, Alternativa Nacionalista Canaria (ANC) y Unidad del Pueblo (UP) se autodefinen como izquierda independentista. Ignoro, al no ser militante, si estas dos últimas han tenido los mismos problemas que nos causaron sucesivas divisiones, ni las razones por las que, con similares presupuestos políticos, no se ha llegado a un acuerdo, pero si puedo decir que están en un camino que considero correcto y, por ello, tarde o temprano, confluirán por necesidad histórica. Se que todos somos conscientes de que no van a obtener votos suficientes para obtener representación ni creo que ese sea el planteamiento de ningún militante, pero, en una situación colonial como la nuestra, en que las opciones que pueden - por simples razones matemáticas y por las características del sistema- obtener representación en las instituciones estatales son o bien de disciplina central española o bien del pseudonacionalismo insularista y autonómico de la CC y su hijuela NC-CCN, el único voto útil a emitir es el que ayude a la construcción de lo que desde el inicio de esta etapa de la lucha estamos necesitando: El Partido de la izquierda independentista.
Si desde el nacionalismo real, el independentismo, pretendemos destruir las relaciones jurídicas y políticas que ligan esta colonia con la metrópoli española pienso, en frase de Gramsci que "no puede existir destrucción, negación, sin una construcción y una afirmación implícita, entendida ésta no en un sentido "metafísico", sino práctico, o sea, políticamente como programa de partido" y, para Gramsci –tesis que asumo- el Partido es un organismo, es el elemento complejo de la sociedad en el que comienza a concretarse una voluntad colectiva reconocida y afirmada en la acción. Para mi al menos, esto se traduce en la asunción y la expresión activa de la necesidad histórica de la liberación nacional y social, para lo que, tanto el programa como la política de alianzas y la propia acción política, deben preparar el terreno para el desarrollo de la voluntad colectiva nacional-popular con el objetivo de la conquista posterior de esa liberación nacional y social de nuestra patria, esto es, de la Independencia y el Socialismo.
Por eso y para esto iré a votar en las elecciones españolas del próximo 9 de marzo

Francisco Javier González.

Gomera a 22 de febrero de 2008