La prensa lanzaroteña informa de que hay al menos dos ciudadanos denunciados por manifestarse pacificamente contra los petroleros. La 'democracia' española, cada vez más desacreditada a nivel internacional, no oculta su profunda intolerancia a los movimientos populares que se opongan a sus intereses. Viejos y coloniales vicios del Estado Español y sus testaferros en la colonia.
Varias personas de entre los cientos de ciudadanos que acudieron a hablar con el ministro español José Manuel Zoria el pasado Viernes, han recibido denuncias de la Delegación de Gobierno español. La prensa lanzaroteña ha tenido conocimiento de dos casos, aunque posiblemente sean varios más los denunciados. A una de estos ciudadanos se le acusa de ser “cabeza visible de una concentración no Testigos presenciales del evento recuerdan que es absolutamente falso que existiera un cabecilla o persona que liderara la concentración de algún modo. El evento fue convocado por el pueblo anónimamente a través de las redes sociales, sin que ningún colectivo o asociación concreta asumiera la responsabilidad del acto. A otro ciudadano se le acusa de “incitar a la violencia” por gritar “por ahí sale, por ahí sale”, cuando José Manuel Soria salió a hurtadillas por la puerta trasera de la sede pepera. Soria no hizo en ningún momento amago de intentar hablar con los asistentes, a pesar de que desde la megafonía improvisada el exconsejero del Cabildo Pedro Hernández, que estaba entre los asistentes, le invitó en reiteradas ocasiones a salir y explicar sus razones para plantar Plataformas Petrolíferas junto a nuestra costa. En lugar de eso, y mientras el resto de miembros del PP salían por la puerta principal, en actitud provocativa por parte de alguno de ellos, Soria “escapó” a la prisa acompañado por la presidenta del PP en Lanzarote, Astrid Pérez, entrando rápidamente en un coche. Fue en ese momento cuando muchos de los allí presentes gritaron “por ahí sale”, algo que para la Delegación de Gobierno en la colonia es motivo de denuncia. Miembros del PP alegaron en la prensa insultos e intentos de agresión, aunque los asistentes recalcan la actitud provocativa de varios de ellos, llegando en algún caso a alzar las manos en señal de victoria. De momento desconocemos el alcance y las consecuencias que dichas denuncias acarraeran a quienes las recibieron.