El II Congreso sobre Progreso e Identidad Canaria (PIC) organizado por la Orden del Cachorro Canario fue celebrado el 18 y 19 de noviembre en el cine-teatro Atlántida de Arrecife. En las semanas precedentes ya la Orden del Cachorro Canario denunciaba públicamente el silencio mediático de los medios radicados en el Archipiélago. Durante los días que se celebró el Congreso pasaron por el mismo personalidades institucionales varias entre ellas el actual presidente del régimen autonómico colonial que padecemos en el país. De hecho la misma Orden del Cachorro es una organización que se declara defensora de la cultura canaria, pero aceptando y apoyando las instituciones coloniales haciendo gala de un regionalismo vago, figurando entre sus miembros destacados españolistas. No obstante las reflexiones vertidas en este Congreso fueron interesantes, justificando el silencio mediático de la prensa colonial en las Islas.
Ya en el Congreso se trató cuestiones económicas, destacando la intervención de José Ángel Gil Jurado, profesor de Economía en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. "El sistema económico canario es un mantra adormecedor". Para él la empresa canaria ha caído en el "adocenamiento tras tantos años de subvenciones". Además, añadió que "Canarias está excesivamente marcada por la cultura de la subvención y el beneficio a corto plazo". "Debemos reconocer que el recurso del paternalismo nos ha hecho perder músculo, frescura y dinamismo. Es pasmosa, por ejemplo, la sequía de ideas en la economía canaria sobre qué hacer con el dinero de la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC)". Pero a pesar de ello, Gil Jurado confesó que no está en contra del sistema fiscal y de ayudas para paliar "especificidades", aunque apostó por "reformas profundas" en el régimen económico colonial. El economista recordó varios de las circunstancias que tiene Canarias para potenciar su economía. Entre ellas situación de "puente con África", aunque lamentó que no se haya hecho efectivo más allá de las palabras grandilocuentes. Apostó también por una revisión de la educación y la formación para su adaptación a las demandas reales de las islas. El acto fue invadido por la tradicional hipocresía de la clase política insular. Paulino Rivero, al igual que el presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés (CC), y el alcalde de Arrecife, Cándido Reguera (PP), posaron sonrientes con un cachorro canario. El mandatario autonómico volvió con su guineo tradicional antes de cada proceso electoral; demandar lo que mientras ha gobernado ha ignorado como si nunca hubiera ejercido el poder. Así hizo hincapié en la escasa autoestima del canario y la necesidad de controlar el crecimiento demográfico en el país, en fin, nada nuevo. Entre las conclusiones finales del Congreso leídas por el presidente nacional de la Orden José Cabrera destacan: la necesidad de poner remedio "a la insuficiencia de los contenidos canarios en todos los aspectos y niveles educativos del Archipiélago". Recuerdan que la educación "es un factor clave para la construcción de la identidad canaria". A lo largo de las tres jornadas del congreso varias voces han destacado la ausencia de un sentimiento identitario claro entre los canarios. Los congresistas también exigieron al ejecutivo autonómico "a asumir con valentía histórica el firme compromiso para sostener el esfuerzo inversor en el sistema educativo en su conjunto, es decir, en escuelas, institutos y universidades". Ya que "un descenso de la inversión en esta materia acarrearía trágicas consecuencias en el futuro inmediato de la construcción de la sociedad canaria como pueblo con identidad propia". Se concluye también que "el modelo de desarrollo actual [del país] es insostenible debido a la asfixiante dependencia exterior y la existencia del turismo como única opción de actividad económica". De ahí que hicieran un llamamiento a las instituciones coloniales y lalos empresarios para "contrarrestar la histórica e insostenible dependencia del exterior con las condiciones que la naturaleza confiere a Canarias", trabajando por "mayores cotas de soberanía energética, industrial, comercial y alimentaria". Finalmente la Orden aspira a una mayor coordinación de las entidades de la sociedad civil canaria para coordinar sus acciones e iniciativas ante las administraciones autonómicas.
La Orden del Cachorro Canario denuncia el silencio mediático impuesto al II Congreso Autonómico sobre Progreso e Identidad Canaria (PIC 2010)
El periodista José Alberto Hernández, miembro de la Orden del Cachorro Canario, reflexionó públicamente sobre el II Congreso y criticó en primer lugar la falta de consideración de los medios hacia este "importante Congreso", ya que "son pocos los que se han interesado por los contenidos que se abordarán, lo que demuestra que no han entendido los valores que promueve". Entiende que "no es tolerable el silencio mediático que se imponen a determinadas propuestas, tan trascendentes como esta, con el objetito de hacer pasar como clandestino un proyecto importantísimo, dicho lo cual advierte que la orden seguirá en la lucha por los valores identitarios de las islas le pese a quien le pese". Desde su punto de vista, asistimos en Canarias a una devaluación de la Cultura hasta niveles insospechados, de ahí que iniciativas como esta "no cuenten ni con ayudas públicas, ni con espacios en los que difundirse, lo que contrasta con los espacios que se dedican a entrevistas a representantes políticos para que se hagan autopropaganda". José Alberto Hernández explica que "la sociedad canaria debe saber que ocurren estas cosas, aunque después ni siquiera participe de estas iniciativas, pero es bueno que al menos sepan que existen iniciativas que buscan una salida a la complicada situación actual, dicho lo cual asegura estar cansado de luchar para que después de produzcan estos vacíos mediáticos".
Más información sobre el II Congreso Autonómico Progreso e Identidad Canaria
22/11/10
La Orden del Cachorro Canario demanda más soberanía para Canarias
La organización Orden del Cachorro Canario en su segundo Congreso celebrado en la capital lanzaroteña llega a conclusiones que contrastan con su defensa de la dependencia de Canarias. Entre ellas la crítica a la cultura de la subvención y el modelo de desarrollo, la demanda de más soberanía y la "canarización" del sistema educativo.