El reportaje publicado el martes sobre la incidencia del paro en Canarias, titulado ´Paradise lost for jobless Canarians´, Paraíso perdido para el desempleo canario, en su traducción al castellano. El autor de la información, Víctor Mallet, apunta que las Islas son un ejemplo de "la fragilidad de las economías periféricas de Europa después de casi dos años de recesión". El reportaje sostiene que una razón de la alta tasa de paro se encuentra en la inmigración que llegó a las Islas para "beneficiarse del boom de la construcción, haciendo que la población se incrementara en más de un cuarto en una década, llegando a los dos millones". Pero la inmigración de la que habla el Financial Time no es de la misma que se suele hablar en los mass media españoles en nuestro país. Vemos el extracto del artículo del Financial Times al respecto -las negritas son nuestras-:
"One reason for the high unemployment rate is that migrants from mainland Spain and abroad flocked to the islands to benefit from a building boom fuelled by bank credit and EU funds, pushing the population up by more than a quarter in a decade to more than 2m. Construction has now almost come to a stop."
El texto periodístico explica que Canarias "ya estaba expuesta a los ciclos del turismo y de la construcción antes que las crisis estallara", y apunta que existen diferentes visiones sobre la tasa de desempleo. Cita a un director de banco que señala que "si el paro estuviera realmente en el 27% habría disturbios en las calles", dice. "Y no hay. Ello es debido a la economía sumergida", concluye. "Pienso que lo peor está aún por llegar", resume un director de banco recogido por el diario británico, quien señala que "el gobierno regional está haciendo todo lo posible para atraer a inversores extranjeros con la ayuda de una imposición fiscal baja, y para promover nuevas industrias que disminuyan la dependencia turística". El texto del ´Financial Times´ subraya que "los desempleados canarios, como otros españoles, prefieren empleos fijos y bien recompensados en el servicio público antes que emprender sus propios negocios". Asimismo, el reportaje refleja que "la economía sumergida, donde la gente trabaja con dinero en efectivo fuera del control de las autoridades fiscales, mientras reclaman las prestaciones de la seguridad social - ha sido golpeada casi con tanta fuerza como la economía legítima", al tiempo que rubrica el deterioro socioeconómico en palabras de una responsable de Cruz Roja que dice "incluso los miembros de la Cruz Roja que nos dieron el dinero en el pasado ahora vienen a nosotros pidiendo ayuda".