12/7/08

Reflexión: Seamos realistas, luchemos por lo "imposible"

Es habitual en el entorno de la izquierda independentista la actitud derrotista, a la espera, y en definitiva negativa. ¿Cómo es posible que unas ideas como las nuestras, tan razonables, sean incomprendidas por la mayoría de nuestro pueblo? resignadamente nos preguntamos. Es el sentir de haber sido derrotados, una vez más en nuestra historia. La decadencia de la década de los ochenta y noventa. Las ilusiones del año 2000 en torno al MLNC y la reciente decadencia a partir de mediados de la presente década. Mientras tantos otros movimientos del Estado, como los catalanes, vascos y gallegos crecen en la construcción nacional y mantienen el tipo ante las dificultades.


Algunos lo aceptan resignados y se sientan en el sillón a esperar tiempos mejores: “no podemos”, “esto no es el País Vasco ni Cataluña” repiten. Otros buscan excusas; “estamos colonizados”, “hay muchos colonos españoles”, “hasta que no haya unidad no me uno”. Muy pocos intentan analizar la situación y buscar soluciones, que aunque no absolutas, vayan paliando la situación, avanzando de cualquier forma en la construcción nacional. Sinceramente, creemos que es razonable la situación actual, si la valoramos objetiva y justamente. Así que intentaremos abordar la situación desde un breve análisis.

El desarrollo histórico de nuestro país, su contexto geográfico, político, social y por tanto el cultural, son cuantiosamente divergentes de los de las naciones ibéricas. Sin tener en cuenta estos factores es imposible esbozar nuestra realidad política, y mucho menos partiendo de los parámetros de dichas nacionalidades. No pretendemos profundizar tampoco en la cuestión histórica y cultural, pero sí matizar el carácter colonial de esta, y sus consecuencias. Un pueblo con crisis de identidad, complejo de inferioridad y desarraigo reforzado en las últimas décadas. A nivel social una estructura derivada de un régimen endémicamente caciquil, de control social absoluto, una burguesía escasamente desarrollada, dependiente y sumisa, producto del Pacto colonial. Por último un territorio fragmentado y alejado de otros territorios con movimientos políticos emancipadores. Este factor último es importantísimo, ya que nos ha costado problemas tan nefastos como el insularismo, arma perfecta del enemigo. Prueba de todo ello es que la conciencia nacional moderna del pueblo canario surge y se politiza en el seno de la diáspora, entre los emigrantes isleños al participar activamente en los movimientos emancipadores americanos, y no en Canarias. Durante los últimos dos siglos el “Pleito Insular” ha dificultado cualquier empeño de cohesión nacional. Pero quizás lo más importante es comprender la realidad social, cultural y psicológica de nuestro pueblo. Durante siglos, la dependencia, las desiguales y autoritarias relaciones sociales de la sociedad canaria –que se remontan a antes de la conquista europea- han marcado el alma de nuestro pueblo. Un pueblo aislado de la historia, acostumbrado a que le marquen el rumbo desde el exterior. La resistencia militar fue liquidada por los conquistadores, las revueltas sociales aplastadas o solucionadas con la emigración. Lo más avanzado políticamente de nuestro pueblo fue masacrado tras el levantamiento fascista del dictador español. Otros factores a tener en cuenta es la represión política, ideológica, cultural ya tradicional en Canarias desde los tiempos de la ocupación española hasta la actualidad, para que engañarnos.

Ante esta historia, este pueblo ha mostrado en numerosas ocasiones que no solo es capaz de resistir, sino de conquistar objetivos. Desde nuestro punto de vista, es un logro que en Canarias exista un movimiento de izquierda independentista. Que existan canarios conscientes que no se dan por vencidos y que están convencidos de que el trabajo, el compromiso, la organización y la lucha, son el único camino. Es un logro que en la década de los setenta, pusiéramos en serios apuros al colonialismo español, y que buena parte de este pueblo se movilizara por la construcción nacional. Se dio una respuesta magnífica, la mayor respuesta organizada del pueblo canario al colonialismo español. Un resurgimiento que, inevitablemente marcó un antes y un después en la historia de Canarias, cosechando una semilla que está dando y dará sus frutos. Gracias al trabajo de tantos canarios, del sacrificio, de la sangre de varios patriotas, se impulsó un resurgir de la conciencia nacional, del cual si no hubiese existido, viviríamos en una Canarias más profundamente españolizada. Todo ello sin olvidar los errores de la inexperiencia, y la ingenuidad.

No nos vamos a engañar, no nos espera un futuro muy halagüeño. Pero si algo hemos logrado estas últimas décadas es una experiencia que será vital a la hora de enfrentarnos al futuro. Pero ¿Cuál es la línea a seguir? ¿Qué fórmula es la adecuada para remontar el partido? No, no conocemos la fórmula ideal, ni la línea. Pero creemos que la historia nos ha dado lecciones que debemos tener en cuenta. Sentimos ser aguafiestas, pero ni será fácil, ni nos podremos escaquear del trabajo.

La Unidad

Es una palabra muy usada, pero que muy pocos tienen una idea clara de que significa. La Unidad no es estar todos bajo unas mismas siglas de un partido político, eso es lo de menos, y a veces ni siquiera es lo más adecuado. La Unidad es antes que nada el respeto entre todas las organizaciones, grupos y personas de la izquierda independentista. Es no perder tiempos ni fuerzas en estériles ataques y luchas entre colectivos y personas. La Unidad es separar lo personal de lo político, la unidad es compromiso y no se construye con excusas, sino implicándose y organizándose, no sentados en el sillón criticando. El respeto no es solo evitar los descalificativos, sino valorar en su justa medida el sacrificio y labor desinteresada de muchos canarios por nuestras ideas, estemos o no de acuerdos con algunos de sus planteamientos. Es respetar a organizaciones y aprender de ellas, de los que llevan más años, de los que más han trabajado. Pueden existir distintos partidos políticos, organizaciones, sindicatos, que trabajen y se apoyen mutuamente.

Salvadores de la Patria.

Otra lección es la necesidad de dejar de esperar líderes, partidos y “salvadores de la patria”, que nos guiará cual rebaño a la ansiada liberación. No, tampoco podremos "cambiar partidos desde dentro", a no ser que tengas mucho dinero en tus arcas personales y puedas formar parte de las filas de grandes empresarios que aportan la financiación de los partidos locales regionalistas. Ni CC ni ninguno de sus derivados harán algo por la conquista de un futuro en libertad. Tampoco lo harán aquellos que se escudan en muletillas de izquierdas, dejando los derechos de su propio pueblo a un lado, creyendo que republicas extranjeras regalarán algo a nuestro pueblo. Cada uno de nosotros y nosotras podemos aportar algo, poco o mucho, pero necesario, a la construcción nacional. No sólo desde los partidos políticos se hace política, no solo desde los partidos se construye el país.

Formación.

Es fundamental que nos formemos para poder ser sujetos activos de conciencia, saber argumentar nuestras ideas con respeto ante otras personas donde sea, ¿De verdad somos independentistas y de izquierdas?. Es importantísimo la normalización de nuestro discurso y nuestras ideas, con razonamientos lógicos, respetuosos y argumentados. La solución no es, por tanto, ocultar nuestras ideas, ni armarnos de un discurso ambiguo, sino dejar clara nuestra propuesta independentista y nuestros principios de izquierdas. La formación no solo es teórica, sino práctica. Mediante la militancia, ya sea en organizaciones políticas, culturales, asistiendo a actos y en definitiva, apoyando con medios humanos y materiales a la construcción de una base social, de un movimiento y cultura independentista. La Independencia es un medio para construir la Canarias que queremos, pero para ello debemos empezar a construirla desde ya donde y como podamos. Y eso no significa hablar, sino actuar, trabajar. Significa no montarte con tus amigos tu secta iluminada, sino aprender de los que ya trabajan y militan.

Compromiso.

Tenemos que politizar nuestra conciencia nacional, y no quedarnos en el mero "sentimiento" romántico. Que no se diga que no hay organizaciones que ya están trabajando, desde partidos políticos hasta sindicatos, organizaciones juveniles y culturales. Cada vez cuelan menos las excusas, cada uno que se implique y luche lo que pueda y crea conveniente, pero que no crea que desde el bar, el asadero o internet va a hacer mucho por este país.


HAGAMOS TODOS UN POCO PARA QUE NO SEAN POCOS LOS QUE LO DEN TODO.


B. NACIÓN CANARIA.