16/4/14

Sigo creyendo en Canarias


Ruvén J. S. Sietesitios. Sigo creyendo en una república compuesta por todas las personas que habitan este pequeño país formado por islas e islotes en un área marina de 100.000 km² donde también hay vida y recursos. 

Sigo creyendo en que no hay motivos para continuar un paternalismo guiado además por intereses particulares. 

Sigo creyendo en la madurez de mi pueblo para escoger su destino. 

Sigo creyendo en la viabilidad de una administración diligente que no opere bajo señales burocráticas de ida y vuelta a 1500 km de distancia. 

Sigo creyendo en que la izquierda españolista debe revaluar la situación de Canarias y ubicarla en el enclave que le pertenece, más cercano a la posición de las antiguas colonias latinoamericanas y a las actuales (como Puerto Rico), que sí reciben su apoyo unánime, y no en el marco de las comunidades autónomas, con las que nos asemeja solo el nombre, y no una realidad cargada de matices, peculiaridades, excepciones o leyes ultraperiféricas que pretenden hacer igual lo que por su propia naturaleza no lo es. 

Sigo creyendo en ser vanguardia, en no necesitar hilos ni patrones a los que imitar. Sigo creyendo en recibir las aportaciones positivas y mirarlas con nuestra propia lente, la que nos da esta latitud. 

Sigo creyendo en la independencia para eliminar la fronteras que hoy nos imponen los status quo español y europeo. 

Sigo creyendo en África como un continente hermano, como un socio comercial de igual a igual y no como un cerco policial migratorio al tiempo que escaparate de mano de obra barata y territorio a explotar. 

Sigo creyendo en el nacionalismo como recuperación de los valores que nacen de nuestra historia, -casi siempre dura y calamitosa-, y de nuestra geografía, -suavizante y tranquila-; elementos claves de nuestra idiosincrasia vilipendiada. 

Sigo creyendo en ese nacionalismo como sustrato de nuestra dignidad, de nuestro yo colectivo; como punto de partida para crear el más fraternal de los internacionalismos con todos los pueblos del mundo. 

Sigo creyendo que en nada se parece ese nacionalismo al que se guía por creencias que orientadas a los intereses particulares de unos pocos y no respetan las realidad que se escapan a su concepto rancio y folclorista de nación sin personas. 

Sigo creyendo que es mejor producir que recibir ayudas a cambio de vender lo que la tierra nos da. Sigo creyendo que es mejor vivir aquí con dignidad que venir de vacaciones. 

Sigo creyendo en Canarias como una realidad que existe, definida, verdadera, ni mejor ni peor que ningún otro pueblo del mundo, porque sin los pueblos del mundo tampoco somos pueblo nosotros. 

Sigo creyendo en este archipiélago como puerto donde echar el ancla y desde el que partir a conocer nuevos mundos que hagan cada día mejor a este grupo de hombres y mujeres que quieren vivir aquí.

Sigo creyendo en el debate entre la sociedad isleña, en la creación de una masa crítica, consciente y capaz. 

Sigo creyendo en nosotros como un todo. 

Sigo creyendo en Canarias.