20/4/13

Sí a la Feria de abril, pero en Sevilla, no aquí.



Eduardo Duque*. ¿Una Feria de Abril en Las Palmas? Parece un chiste sin gracia, pero no lo es. Sin lugar a dudas, nuestra identidad como pueblo no tiene ya más aspiración que revolverse en el indigno fondaje de nuestra escala de valores actual. Sevilla es una ciudad que enamora a quien la conoce, inusualmente llena de encantos inolvidables y rincones en los que el tiempo quiso detenerse un día para salvaguardar la honra de su inconfundible esencia. Pero aquí, en Canarias, tenemos una tradición propia, una historia diferente, una idiosincrasia particular. Querer copiar con productos de pésima calidad el ambiente de la Semana Santa y la Feria de Abril de Sevilla aquí es una empresa tan absurda como penosa. No es sólo renegar de nuestra propia personalidad, sino también rebajar la sevillana a unos límites obscenos e imperdonables. 

No estamos en Sevilla. No tenemos que copiar su Semana Santa sacando a la calle deleznables carrozas de carnaval surgidas de un anacrónico pastiche estilístico que es afrenta del buen gusto. No tenemos que copiar su Feria de Abril de forma tan soez y descarada. Respetémonos a nosotros y respetemos a Sevilla; busquemos lo original y verdadero, nunca la copia barata, la imitación procaz, el burdo remedo. No olvidemos que el valor de los pueblos está en su esencia particular o, lo que es lo mismo, su tradición. Es ésta la que lo singulariza, diferencia y potencia. La que exhibe en el presente el orgullo por el pasado y la apuesta por el futuro. Un pueblo que, como tristemente es el nuestro, se vende tan fácil, ¿qué valor tendrá?

De los yankis se han copiado
fantasmas y calabazas,
"truco o trato" por las plazas,
muchachaje disfrazado.
Un personaje ataviado
de rojo a la Coca Cola,
y hoy que una Feria enarbola
Las Palmas de Gran Canaria 
¿Puede más deficitaria
ser la cultura española?


*Eduardo Duque (verseador gomero)