Los efectos de la crisis económica siguen imparables y las políticas de mayor dureza capitalista campan a sus anchas y ponen a nuestro pueblo en una situación bastante desesperada, sobre todo si no hay una respuesta popular mucho más contundente que la realizada hasta el momento.
A pesar de que se pretende minimizar, cuando no ocultar, la gravedad de la crisis actual, la realidad es implacable. Los indicadores son funestos.
El Estado reconoce en nuestro país más de 310.000 parados, a los que habría que añadir otras 80.000 personas que forman parte de la población activa y que no están dadas de alta en la Seguridad Social. Están “desaparecidas” en los maquillajes que se dan en las cifras oficiales, que intentan ocultar a toda costa que el paro en Canarias supera ya el 30%.
Desde Unidad del Pueblo, lo hemos explicado cada vez que se dan las cifras oficiales: el INEM/SCE no contabiliza a las trabajadoras y trabajadores en paro que hayan trabajado una semana en los últimos doce meses. Ni a aquellos a los que ha obligado a hacer un “curso de formación” para engordar las arcas de los sindicatos del régimen y la patronal. Lógicamente, tampoco contabilizan a las personas que no esperan recibir prestación alguna y han desistido de ir a firmar la cartilla del paro.
Según reconoce el propio estado, a través del INE, un 30% de la población canaria está bajo el umbral de la pobreza. Las situaciones de hambre se multiplican. Mucha gente hace sólo una comida al día. Muchas de nuestras niñas y niños van a clase sin haber podido desayunar. De hecho, en muchos casos el comedor escolar les permite la única comida caliente al día, así no es de extrañar que el fracaso escolar alcance al 38%.
Y eso en un país en el que un puñado de capitalistas se han llevado más de 25.000 millones de euros gracias al mecanismo de evasión legalizada de impuesto que ha supuesto la Reserva de Inversiones para Canarias (R.I.C.) auténtico mascaron de proa de las políticas neoliberales aplicadas en Canarias. Por no hablar de los miles de millones regalados mediante el Régimen Específico de Abastecimiento (R.E.A.) que subvenciona escandalosamente a los importadores en detrimento de nuestros agricultores y ganaderos.
La casi totalidad de los productos de primera necesidad nos viene de fuera. Estamos totalmente vendidos a las fluctuaciones de los mercados alimentarios internaciones y las subidas de los combustibles.
Mientras la Educación Pública se deteriora cada vez más, con aulas atestadas y profesores mal pagados, la Sanidad Pública se colapsa en beneficio de los conciertos y chanchullos con las empresas sanitarias privadas.
El hambre, las penurias y la desesperanza comienzan a marcar la vida de centenares de miles de canarias y canarios. La acelerada caída del consumo ha hecho mella en miles de trabajadores autónomos y pequeños y medianos empresarios, que ven como, además las corporaciones bancarias siguen apretando el lazo alrededor de su cuello.
No somos pesimistas, esta es la realidad pura y dura, donde nos enfrentamos a una situación gravísima, pero al mismo tiempo esperanzadora, donde debemos volcar toda la energía revolucionaria, la creatividad combativa y la esperanza popular, articulando una respuesta popular contundente y organizada.
Al servicio de esa lucha, de esa necesidad, trabajamos modestamente día a día desde Unidad del Pueblo, porque no nos resignamos, no nos rendimos.
Unir, organizar, avanzar, hacia una Canarias Libre y Socialista.
[Comunicado del Consejo Nacional de Unidad del Pueblo]