Tumas Mora Mora (Tomás Echevarria) nacido en Aguere (Tenerife) en 1981, reside actualmente en el municipio de Telde, Gran Canaria. Es miembro de Alternativa Nacionalista Canaria (ANC) y representa a la organización juvenil Azarug en el consejo federal del Congreso Mundial Amazigh.
La ONU fijó 2010 como fecha límite para erradicar el colonialismo en el mundo. ¿Conseguirá el Archipiélago la independencia en esa fecha? Si España no accede, ¿qué medidas debe adoptar el pueblo canario? La independencia de Canarias no tiene fecha a día de hoy. Es irreal que nos propongamos ahora mismo una fecha, porque para esto, intervienen muchos factores. Recuerdo que 2000 también fue considerado por el Comité de descolonización de la ONU como fecha límite y ya vemos el interés de este supuesto organismo imparcial en llevar a cabo la descolonización de los territorios en litigio en distintas partes del mundo. Por supuesto, mi deseo y el de las organizaciones en las que milito (Azarug y Alternativa Nacionalista Canaria) es lograr la independencia y la soberanía lo antes posible y en las mejores condiciones sociales y económicas para nuestro país. Por otra parte las medidas a adoptar por parte de nuestro pueblo son sencillas, la plena unidad por encima de absurdos insularismos o diferencias ideológicas, la toma de conciencia por parte de la totalidad de la población del Archipiélago y de la población canaria en la diáspora del grave peligro que corre el futuro de Canarias de no cambiar su modelo de desarrollo colonial, llegándose a enfrentar a su desaparición como entidad popular y como no internacionalizar la cuestión nacional canaria, ya sea en la ONU, en la UE, en los países del entorno o en cualquier foro que se preste a servir de altavoz a nuestras reivindicaciones, como es el caso del Congreso Mundial Amazigh que trabaja con multitud de organizaciones e instituciones a nivel internacional y cuenta con la participación de varias organizaciones canarias.
¿Qué diferencia supone la independencia para Canarias frente a su situación actual en temas como la ampliación de la zona económica exclusiva marroquí, la explotación de recursos naturales o la eventual extracción de petróleo de las aguas marinas?
En primer lugar, la posesión de derechos sobre esos recursos a nivel de derecho internacional, así como un dominio total sobre nuestra Zona Económica Exclusiva y una gestión propia tanto de los recursos naturales como de las relaciones con otros países limítrofes, entre las cuales cabría un acuerdo pesquero que potencie el sector en el Archipiélago. Además, dispondríamos de la posibilidad de controlar el paso de mercancías peligrosas por nuestras aguas jurisdiccionales, cuestión que hoy día no está en nuestras manos. Evidentemente los recursos petrolíferos que se encuentren bajo nuestra soberanía serán gestionados por nosotros y no por potencias extranjeras y recaerá en nosotros la decisión de qué hacer con ellos, buscando siempre un equilibrio con nuestro frágil entorno y analizando los riesgos que conllevaría para nuestra principal fuente de ingresos, el turismo. Mi opinión personal es que estaríamos totalmente legitimados para utilizar y exportar ese petróleo, pero es mi sentir y el de mucha gente tanto en el ámbito nacionalista como fuera de él, apostar por la amplia gama de energías renovables que nos ofrece nuestro Archipiélago (eólica, solar, mareomotriz o geotérmica).
Todo país independiente tiene derecho a delimitar sus zonas marítimas, así como su espacio aéreo y terrestre. La posesión de plena soberanía, abriría las puertas a negociaciones directas con los países de nuestro entorno, sin la mediación de agentes externos que poco conocen nuestra realidad y que no defienden nuestros verdaderos intereses. Lo que daría la posibilidad de obtener acuerdos beneficiosos para ambas partes y no quedar como simples monedas de cambio en otros acuerdos de mayor interés para España o la Unión Europea, entre otros.
En Alternativa Nacionalista Canaria consideramos primordial, en primer lugar, la posibilidad de diversificar la economía de forma acorde a nuestras propias necesidades y sin cortapisas exteriores que limiten nuestro crecimiento económico en base a intereses centralizados, que poco tienen en cuenta nuestras verdaderas peculiaridades. Evidentemente, una Canarias no dependiente gestionaría sus propios recursos económicos, lo que supondría, por poner un ejemplo, una Hacienda Canaria y la gestión directa de los recursos que entran por puertos y aeropuertos que, junto a medidas como la potenciación de un equilibrio entre un turismo de calidad y un desarrollo ambiental sostenible y acorde a nuestra realidad geográfica, social, cultural y económica, supondrían una mayor rentabilidad del sector turístico en nuestro país.
¿Qué futuro tiene la independencia con Coalición Canaria o con cualquier otro partido, excluidos los de ámbito estatal, en el Gobierno de las Islas?
Como podemos constatar en la actualidad, cualquier futuro político en el que intervenga Coalición Canaria o cualquiera de sus sucedáneos (Nueva Canarias, CCN), evidentemente supondrá un futuro muy oscuro. Como oscuro es el pasado de esta organización política que se auto proclama nacionalista, que pasea con orgullo el pendón de la Conquista, o reprime dentro de su propio seno aquellas opiniones independentistas, y luego se quiere apropiar de un símbolo del independentismo como es la bandera canaria de las siete estrellas verdes, que hace unos años consideraban ajena. Hay que recordar que Coalición Canaria alberga en su seno un conglomerado de políticos que vienen de la época franquista, algún cacique, así como algunas personas implicadas en casos de corrupción.
¿Cree que los jóvenes de CC terminarán dando un giro soberanista a esta formación?
Desgraciadamente, muy a mi pesar, creo que no. Después de haber tenido la oportunidad de haber conocido a alguno de los cuadros políticos de las juventudes de CC y haber sondeado a muchos de sus jóvenes afiliados, debo decir que no cuentan con la formación y el empuje político necesario para dar un giro soberanista a Coalición Canaria. Esta reflexión es extensible a otras formaciones políticas similares. Actualmente estas organizaciones políticas son víctimas del rechazo, que ellos mismos han provocado, de la juventud canaria a los políticos que nos han gobernado durante estos últimos años con su modelo de corrupción, desprecio a la cultura e historia canaria y a la especulación y destrucción del territorio. Un claro ejemplo lo encontramos en las innumerables y multitudinarias movilizaciones que a lo largo y ancho de la geografía insular se han realizado en estos últimos años contra la especulación y destrucción de nuestra nación.
¿Qué opina de aquellos que dicen que hay que esperar por la independencia? En caso de ser así, ¿en qué quedaría el plazo señalado por la ONU, porque el estatus de colonia de Canarias es indubitable?
La independencia no se puede esperar. Es una realidad por la que hay que trabajar en todo momento. Desde ANC trabajamos en clave soberanista en el día a día, puesto que no sólo hay que asegurar la independencia, sino la soberanía plena de nuestro Archipiélago en todo momento. El plazo señalado por la ONU se queda en un plazo simbólico, como fue el plazo que se puso en 2000, puesto que pocas acciones se han llevado a cabo en este sentido.
¿Hasta qué punto la división entre las fuerzas nacionalistas canarias ha frenado la independencia de las Islas?
Actualmente no considero que haya tal división entre las organizaciones que trabajan en clave soberanista. Hablamos de organizaciones sindicales, políticas, juveniles?, que si es cierto después de la "transición" han sufrido varias divisiones en su seno, a día de hoy han sabido dejar a un lado problemas del pasado para trabajar codo a codo en aquellas cuestiones que lo requieren. Mención aparte merecerían aquellas organizaciones que se autodenominan nacionalistas pero que no actúan en consecuencia, caso de CC y NC. El que estas organizaciones sufran procesos de división está en su propia naturaleza, no hay que olvidar que son organizaciones que obedecen a los intereses de la oligarquía. Es por ello que sus diferencias se deben a cuestiones de poder interno y nunca por diferencias de tipo ideológico. Tarde o temprano volverán a juntarse y probablemente a volverse a dividir.
¿Cree que la crisis internacional favorece las reivindicaciones soberanistas? ¿Qué pasa en el caso concreto de Canarias?
La crisis dicen que ponen en evidencia las contradicciones del sistema, en este caso el sistema neoliberal. Pero no nos engañemos, la crisis que estamos sufriendo no favorece a los canarios en tanto y en cuanto son más los frentes contra los que luchar. Desde luego que los efectos de la crisis son mayores en nuestro territorio, al tener unas condiciones coloniales especiales. Haciendo una comparación con las comunidades autónomas del Estado español, observamos como en nuestro territorio, esto se acentúa teniendo los sueldos más bajos, la cesta de la compra más cara, un transporte público más caro, el mayor nivel de desempleo, entre otras cosas.
¿Es viable la economía de las Islas sin las ayudas europeas?
Hay un concepto erróneo que habría que aclarar antes que nada, y es el quién ayuda a quién. Canarias genera los suficientes recursos económicos para subsistir, pero la cuestión es dónde se van estos recursos. Dónde están, por ejemplo, los ingresos en materia aeroportuaria, contando nuestras islas con ocho aeropuertos y un flujo de turistas en torno a los 12 millones anuales. Evidentemente, esas supuestas "ayudas europeas" que nos llegan en forma de limosna, como si nos estuviera manteniendo, no son tales. Se trata, en la mayoría de las ocasiones, de contrapartidas por el hecho de ser considerados Regiones Ultraperiféricas (RUP), término que se acuñó en el seno de la Unión Europea para denominar a las colonias que los distintos países europeos mantienen fuera de su territorio. La economía en Canarias será viable con la diversificación, con la potenciación de los sectores primarios y secundarios, con una política de autoabastecimiento en base a una soberanía alimentaria sostenible y procurando ir acabando con una política subvencionista mal planificada, que prima, por ejemplo, la importación de productos foráneos, sin tener en cuenta que de esta manera se puede estar evitando que sean producidos en nuestra propia tierra.